Caminamos juntos
Con las manos entrelazadas
Y comiéndonos con la mirada.
Te acercas a mi oído,
Y suavemente me dices, “te amo”
Y yo llena de felicidad respondo,
“te adoro.”
Nos miramos fijamente
Tus ojos me parecen dos luceros
Que se han escapado del cielo
Para gritarme ¡eres la luz que
Me da consuelo!
Me besas en la boca
Siento tu sabor a menta
Tú dices que mis besos,
Son el aroma de las rosas.
Seguimos caminando
Y ya un poco cansados
Nos sentamos en la hierba
Siento el olor de la tierra
Me abrazas tan fuerte, pero con ternura,
Que siento como si un pedazo de cielo
Estuviera cubriendo mi cuerpo,
Y el latido de tu corazón
Se ha juntado con el mío,
Formando una ruidosa música
Que jamás nadie ha oído.
Me dices “te deseo”
Te respondo, “soy toda tuya”
Me acaricias todo el cuerpo
Siento en mi piel mariposas,
Es el hombre que comienza a sudar,
Es una lluvia de calor que me moja,
Y un rayo de sol que me quema,
Porque tu deseo hierve como hoguera.
Cariñosamente me dices, “vamos a mi casa”
Te digo en un suspiro,
“Lo que tu quieras amor mío”
Ambos estamos ansiosos
por demostrar lo que sentimos.
Estamos en tu dormitorio,
Solo la luz de la luna
Que por la ventana se asoma
Para irse a otra parte
Porque adivina que
Esos momentos, no queremos curiosos,
Las estrellas se esconden, solo una
Parece que me guiña,
La cama me mira, puedo notarle,
Un poco de envidia.
¡Por fin hicimos el amor!
La pasión se desbordo,
Me dices mirando mi cuerpo desnudo,
“los sueños se hacen realidad, y este era el mío,
gracias corazón, por ese tesoro que me
has guardado, por el que tanto yo….
pacientemente he esperado.”
Soy la mujer más feliz del mundo
Me he entregado al hombre que es mi destino
Esa noche nunca la olvido,
Ya ha amanecido,
Te miro, mi llanto
Moja tu cuerpo desnudo,
Pero no lo sientes porque duermes
Como niño, ¡como te admiro!
Me siento como princesa
En un reino desconocido,
Tú eres el rey de mi vida, de mi cuerpo,
El hombre que más he querido,
Y por eso amor de mi vida,
Es un orgullo haberme acostado contigo.
Autora: Carmen Lydia Rosa.
