Cada encuentro nuestro
Llenaba de magia y de sueños
Mi vida vacía.
Llegabas al anochecer
Con tu cuerpo cansado
Pero pleno de deseos
Para amar y ser amada.
Fuimos dos amantes fugaces,
Etéreos, noctámbulos
Que entrelazados
Dejábamos la vida
En unas horas de ensueño.
No sé si me querías
O yo te quise.
En el encanto de las horas
De cada noche
Solo murmuramos
Palabras a medias
Seguidas de silencios eternos
Y nunca hablamos de amor.
Me haces falta
Y no se si eso sea amor,
Te extraño en cada anochecer
Sabiendo que no regresarás,
Pienso que no fuiste real
Pero persiste el perfume de tu cuerpo
En todo el espacio compartido,
Y en cada madrugada
Me despido de tu recuerdo
Como la última vez
Que con un beso tierno
Y sin palabras
Me dijiste adiós.
Edgar Tarazona Angel