Aquí la plaza de mercado..
el grito de los vendedores..
un murmullo que crece en las esquinas..
un universo de ausencias que se apiña..
acá los plátanos ..la yuca y el rojo tomate..
la papa grande..el mítico maíz
prehispánico..
las remolachas frescas.
el ajo y el ají, junto a la cebolla
sobre las mesitas puestos..
Un sol abrasador
que dilata el espacio suspendido..
un sudor penetrante en las axilas..
el tiempo suave se arrastra moribundo
y cansado..
las miradas perdidas...en la cometa
de los primeros años.
en la búsqueda de la meta...
las golosinas en la escuela..
aquí el peligro acecha..
y refleja en las caras los temores..
un ejército privado..
nos observa..
aquí yace el pescado
y la gallina fresca.
sabores milenarios.
olores de estofado.
mercancías de todos los colores..
el guandul, y la zaragosa,
el palomito y el fríjol cabecita negra..
un ñame sabanero hace su agosto..
un suero atolabuey en tarritos
junto a la mágica venta de los fritos..
alguien enjuaga
el pescado en sangre..
lo soba suavemente
y organiza manos de a cuatro
la mano mocha..
el mendigo que estira las manos..
abstraído en el mundo
de sus penas..
la lucha por el día.
el frenesí no da espera..
vine a poner los tarros
de la basura..
parecen los mismos vendedores..
son los mismos sombreros..
la ropa un poco extraña...
los mismos rostros..
solo que cincuenta años atrás....
Ahora la calle es ancha..
oigo el sonido del vapor..
que sale de la tierra.
como una gigante boca que se abre....