Ah pesar de los años, mi corazón, todavía resguarda tu dulce voz.
Y recuerdo felizmente el sobrenombre que elegiste para mí.
Ángel.
Bastaba solo con esa frase para que mi vida fuera ese paraíso que tú me designabas.
Me detengo y pienso. ¿Donde estarás ahora?
¿A caso aun me recuerdas, diosa?
Aquel pequeño niño, aun espera tu llegada.
Siempre tuyo ayer y mañana.