Pensaba como te disponías del otro lado.
Anduve pasando el rato regalandome a mi misma
tus relatos, tus metáforas; tu delicioso vocabulario.
Logré dibujar en mis retinas tu imagen,
visualice tus carnes más allá de la armadura.
Fantaseaba con tus ropas, tu postura
que de seguro estába expresando un algo intenso e iluminado.
Imagine que ya no sigues las líneas con el dedo
y tus ojos recorren cada párrafo con la rapidez del buen declamador.
Te pregunté desde el silencio,
que es lo que quieres leer hoy?
Te demoraste, no te desides
entre dulce poema y melifua novela.
Diste vuelta la hoja,
puedes sentirme ahora?
Y si me dictas en que anda tu corazón?
Que qué haces?
Me escuchas declamando, ya ni es necesario,
Estoy diciendo lo que estás pensando.
Qué desorden hay sobre la mesa!
Te acaricio la cabeza en la espaciosidad,
Tú corporeidad en España, mi contemporáneidad en Argentina!
Escalofríos.
Una mezcla de cansancio con relajación que asfixia para llevarte hasta donde más quieras; yo también estoy allí a tu lado tendida en la silla.
La respiracion y el pulso se apasiguan para leer lo que decidas, para escuchar lo que necesites oir; para dilucidar si es real o si es mentira.
Vine a rescatarte!
Sin conocerte mas allá de tus escritos, lo sé, me metí a tu apartamento, se hizo la magia, vivimos en rima!
Podrá ser que seas tú regado en vocablos?
Podrás ser tú proyectado y mejorado?
Me dejaste pensando en ti,
me ataste a tu lado privado
Trascendiendo de esos textos.
Yo no sé cómo es que cai,
Pero a tus pies me has dejado incada,
De la silla al suelo, del suelo al ensueño.
Me enamoré de un poeta!
O de sus letras no lo sé!
En eso andaba pensando.
En tu provocación efectiva
Qué aqui me tiene creando.
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