Y después de un tiempo ya su rostro era como carne cruda y vieja. Maldita carne cruda y vieja. Como te amé en aquellos tiempos de fiesta y sexo. O aún te amo, no lo sé. Tal vez tú también me ves como un montón de carne vieja y podrida. Si. No lo había pensado. «Carne cruda y vieja, y carne vieja y podrida.»