DESAGREGACIÓN
"Vittolia LIguri era el espejo del bar;
Frecuentaban con asiduo hombres agotados,
Que acudian en su seno, ya con vehemencia
Pero al musitar sobre romances y duraderos,
Partían con horror,
Dejando tras de si, brio y destrucción"
La madona de las siete lunas/Margery Lawrence
A Thalia
Me despierto
El ensueño,se levanta como creacion
Desamparada ya como prosa
meatrevo a resistir al viento que me atrae
¡Las hojas de aquellos grajos!
No advierten la oscuridad
Injuto será el has de luz
que emancipe mi congoja
¡Oh! Huira, y en su celo,
Cual céfiro errante!
Inmolara con fe cuál esperanza
Imposibilita con diáfano,
Y en el filo será el verdugo,
Los joviales aclamaran de piedad,
Como el destierro, el camino
El menester de la lluvia
II
So de la fantasía,
Desde su celo, aplaudirán con vehemente
La torpeza en mi espada,
Cuño puño de águila sin hado,
Ni la bendición del sol,
Puede ser en medio de las piedras,
Que decoraran; el paso final de la muerte.
SU REFLEJO
Arrodillada, ante el filo del viento,
Grito con vehemente,
Y me raspó ya en el Cristal,
Como un caracol de sieno,
Espero a la manceba
El tiempo débil como,
En una duna echa de esperanza
Mis pies, que han sido desterrados,
Como un hilo de oxido,
Recorren de pena y lascivia
Manchada de incertidumbre,
Por el filo; maldice mi hastio
El camino que han torcido,
Entonces tiemblo y les necesito
Ya su ausencia me reprime,
Corrompida por el ciclo imposible
Del amor, el soliloquio,
Cuestionó su voz
Preguntó con avidez a la sustancia
Que mueve la cadena de tal filon,
Sobre alguna duna se alza el lecho,
Como aguja pueril de melancólicas voces
Me estremece entonces el susurro
Que invisible se cuela bajo la sombra
Me invita a la persuasión y el adulo
Fuera, la promiscuidad de la calle
Decora a la Pandora con Miles de cuerpos
Nombres que esparcen en el Hall
Y me preguntó, si la Nayade será tan finita
Como aquel reloj de plata
enterrado en las sienes;
de alguna bandera torpe
EPIGRAMAS
I
Arrebatarà cuál histrionista,
-Mi tiempo que yace en el-
¡Oh! Del abismo,
Siento con mi desgracia
La plenitud del viento
II
Condenado, cuál anatema,
Resiste el frío de la muerte,
El Abedul de grito, ya sopesa
Que cojitranco,
Persigue como miasma
III
Erase una mujer de sieno,
Inmolando con fe,
El epitafio echo cal,
Sacudían el vaho, ya las dunas,
O su empedernida
-¡Oh! Y de mi corazón
Las tormentas del ruido-
MAÑANA DIGO BASTA
Era el viento impasible,
la quietud en su verde
Hacia del sopor, cuyo resquicio
Enajena a la esperanza
Y ciega la luz;
en sus pupilas, echas en la linfa
Que me hiere o;
Inmola mi voluntad
Tal Nayade, que inmola
Cómo las dunas de aquella orbe,
Que desde el infortunio
Ya en el hielo, se levanta como la creación,
Ha de apaciguar la lumbre
Rompiendo empedernida
¡Oh! El hado me empuja hacia delante
Cómo una Verbena debil,
Que restañan el reflejo;
Con la temeridad del sol
Obedezco con asiduo,
El nuevo dia
ENAJENADA
I
Irritadahe de escapar hacia el silencio,
Y reposare desnuda en las entrañas de un taciturno,
Ya los menesteres que se secaron en mi,
Agotarían mi existencia en quimeras,
Alegrías que no se me parecen
Tal como la kweilin, escaparía la soledad
Y pediría con asiduo el perdón,
Habría desperdiciado el tiempo,
!Entonces el ruido inclemente¡
Puedo ver su ingenuo, sobre mis cálculos
También la plenitud de su celo,
Sobre la arena en el cuerpo
Que se riega en las calles,
He de preguntarle al polvo
Que ha levantado la orbe,
Me susurra el escape
Y yo, que temo a mi naturaleza
Susurró cómo una esclava
El valor que otro tiempo
MALDIGO LA DISTANCIA!
Se hace pesado el aire
Y mi cuerpo ya resiste con su afan,
deambula inclemente sobre el reflejo,
Que yace en melancolía
El brillo que cae por mis piernas,
Me recuerda de repente
Ahogada en vanidad mi vacuo
Y tentaba a la certeza
De haber perdido cuál placer
Usurpada, mi alma es polvo
¡Oh! El soto me arrastra,
con temeridad sus ojos se hacen lluvia,
Interrumpe mi altisonante y asidua
Enajenó el espíritu como a la muerte,
Aunque crea el milagro,
Le observo con parsimonia,
La naturaleza de su ingenio
Ea! interrumpe cual temeraria,
Ya el empedernido,
Perdida en el ruin de la orbe,
Espera entre los escombros
EN ESPERAS
Él, se riega con espanto,
Fuera del deliquio de las sombras,
El hado controlara su cuerpo
Tal nfortunio le ha echo distancia
Aunque anhelamos el osculo,
Sobre la inclemencia del aire,
Deambulara el tiempo,
El sopor me lanzaba a tientas,
Hoy recorro las mismas linfas,
Que hoy caen de celo,
Bogota-Lima