Sentada en un rincón de mi cama
Con el alma desolada
Y el dolor cubriendo mi cuerpo
Pienso en ti….
Bajito digo tu nombre
Y mi voz te lleva donde estoy
Te siento junto a mi, a mi lado
Mis manos como dos palomas inquietas
Vuelan a tu cuerpo. Tus brazos
Me aferran a ti cual enredadera
Caricias mi espalda mientras
Te vas tumbando tierno, suave
Delicado en el lecho, el cual
Espera anhelante a que dos cuerpos
Se amen se entreguen, se fundan
Con amor, con deseo, con locura
Somos como el río y el mar
Que confunden sus aguas y se mezclan
En un vaivén de olas
Eres como un oasis en mi desierto
Te amé, me amaste tanto
Dejándome impregnada, oliendo a ti
Con tu esencia me alimentaré
Hasta que vuelva a verte, a verte de nuevo.