Al levantarme en silencio
acumulo otro gran cero
a la izquierda de mis sueños
de decirme no es cierto
que estuve en su vuelo.
Al peinarme en el espejo
por enésima vez, no me veo,
intento, pero no me reflejo,
es que tanto estoy perdiendo,
es que ya nada tengo.
No veré su sombra si miro al ayer
porque tampoco nada puede hacer,
y se escondió detrás de su piel
para no oír que me derrumbé
sobre mis propias lágrimas.
*
Al creer en las promesas de mi dolor
de un día marcharse con su explicación
eso nunca pasó, lo puede decir mi sol
que cuando de repente ella se fue
dibujó quizás el mejor atardecer
que tenía en su colección.
*
Al caminar por la casa sola
paseo a veces por mi memoria,
¡tantas vidas que se añoran!...
¡tantas noches, tantas cosas
que entre sí no se soportan…!
Y al acostarme como siempre
a las diez y diecinueve
sin algo un poco diferente,
pienso en todas las veces
en las que amé sin precedentes.
*
Al creer en las promesas de mi dolor
de un día marcharse con su explicación
eso nunca pasó, lo puede decir mi sol
que cuando de repente ella se fue
dibujó quizás el mejor atardecer
que tenía en su colección, pero sé
que eso significó morir en vida para mí
que nunca la veré reírse porque sí
justo aquí, donde llora el corazón.
*
Y el corazón llora conmigo
sin dejar en el vacío, tantos tormentos
que no se marcharán de mi silencio
hasta verme con ella sentado a su lado
siendo tal vez, su eterno compañero
como lo será de este corazón
que no sabe de duelos
que solo sabrá reír, con ella.