Las flores en el piso,
como si fueran trampas,
no me acogen en esta noche salvaje
no quiero que sean un buen recuerdo,
no quiero que sean poesía en mis poemas
estoy ensangrentando estas hojas con aquellas flores
para que llenes tus ojos de memoria.
Estas flores, malditas máquinas de matar
Llenan estas líneas de vulgaridad
Serán nada, dentro de lo poco que puedes ver
Serán la atrocidad en medio del jardín
Serán el comienzo de una bestia,
que, en su génesis,
comienza a ver en lo bonito
lo más defectuoso del espacio infinito.