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Hay letargo y rutina

Sobre la ciudad dormida 

Hay desánimo y modorra en la gente establecida.

El conformismo es un lastre  que nos hunde,como un Titanic condenado a la medida. 

 

Pulula la llaga de la indiferencia;

 

Hambre y miseria se apilan

Como las basuras  descompuestas a cielo abierto.

 

Hay miserables en el fondo del abismo;

Que aceitan la maquinaria del despojo;la corrupción y el crimen.

Hay saqueadores del Estado

en una nueva cueva de Rolando.

Son hienas de la noche fría. 

 

Siegan la vida de niños inocentes en  criminales ataques aéreos. 

 

Ejecutan a los líderes  sociales,

Y a campo abierto; hay olor a sangre, y polvora;

Hay terror  y cacería de brujas;

Bandas criminales incendian los ranchos;

Los corruptos toman te y marihuana en un congreso que agoniza;

La sombra de Escobar se pasea por los pasillos.

 

Desde la altura; la justicia  vendada; se balance en el abismo.

Los niños apagan sus ojos

En el callejón  de hospitales de muerte.

Pasa  el vendedor de plátanos

Con las ilusiones del mendrugo diario;que se desvanece.

 

En la esquina; el muchacho

Hace malabares de circo,

Mientras  cambia el semáforo.

 

Las putas 

patrullan la calle

Sin ingresos;

La autoridad pide plata para 

No hacer un comparendo.

La Educación pública se muere a retazos; 

La lectura es sospecha de terrorismo.

Nuevos inquisidores señalan y exterminan sueños y esperanza.

 

Los inocentes;como peces son arrojados a la playa;

Para muerte segura!

 

Duele el alma

Como  incendiada y triturada; atravesada por cuchillos de Bruto y herida con mortal desgarradura.

El hambre  deambula por las calles vestida de harapos;

Un olor a mierda expuesta

Sacude los matorrales; 

Los criminales coptaron el Estado;

Una catapila aplasta al  que trabaja,

Los impuestos engordan a los ricos;

Cruza el niño que limpia vidrios;

Hay moles de concreto y parques

Repletos de indigentes. .

El turbio chabacan sonríe 

Contando los dineros de leoninos contratos, 

El que trabaja vive al debe,

Ejércitos de chepitos los persiguen;

Oigo motosierras al filo de la madrugada.

Criminales alientan la guerra

Que ellos no pelearan;

La noche crece como mortal enredadera;

El hombre del sombrero mira la calle; 

Siente el vacío  que cruza su cuerpo; 

Y se escuchan de nuevo los diaparos.

 

Autor.César Molina C.

 

11-14-2019.@ Si 

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