Acaso no fui capaz de ver tu mano
Despidiéndose involuntaria frente a mi
Si receso de los sueños es completo
Ya no existe otro sentido para mí
No entiendo la avaricias de las cosas
Ni contempló mis manos en el papel
Soy un tormento eterno contra viento
Tan vacío y firme como aquel
Solía pronunciar el universo
Cada vez que soplaba un vendaval
Tu espíritu está cubierto de senderos
Que terminan inevitablemente en el mar
Mi rostro se dibuja más con tizne
que los dibujos de los cisnes en cartón
Ya no espero, solo busco un horizonte
Parpadeando nubes blancas en mi cien
El orgullo que es cruel y es mudo
Nos forzó a cambiar nuestra razón
Y esforzándonos incansablemente
No llegamos, ni alcanzar al corazón
Mi universo es un nudo bajo el agua
Que sospecha instintivo un gran plan
Someter a la ternura con suspiros
Y aferrarse una emoción a cada cual
Sospechas huérfanas de madre
Tan cansadas con bailes de salón
Pacientes noctámbulos y murmullos
Cambios de perfumes y de honor
El sur es un destino
Que presumen los viajeros sin pudor
No entendiste cada una de las cosas
Solo hablaste para causar ese dolor
Ya cansado dejó huellas en el pasto
Implacables como un grito de trombón
Hoy mis penas acarician tu recuerdo
Y me enfrento cara a cara a mi traición
No quiero que estos versos te enamoren
Ni busco con ellos la verdad
Solo espero que el tiempo habrá ojos
Ojos solos que pueden ver la soledad
Aquí el norte se encapricha con el sur
Y nosotros ya despojados de abrazos
Solemos vernos poco y soñar
Cada uno ya no quiere más rechazos.
Andres Lacrosse.