Hoy fue un día triste, acompañado de una semana aún más triste. Los relojes siguen su ritmo burlón de nunca acabar. Tic, Tac, tic, Tac, tic... Busco a cada momento esos pequeños destellos de luz en la oscuridad, y a veces llegan. Palabras reconfortantes de un ángel en tu camino, un ángel que tropezó con tu zapato. Y optó por ayudarte. "los días se deslizan uno tras otro" la tristeza se teje en la tela del tiempo. "¡Y ahí sigue ese maldito reloj en la pared!", en la mesita de noche, en las propagandas después de las noticias.