Tan solo llegué a ver la redención en la muerte,
La sociedad vagaba sin rumbo fijo,
Luego de la piadosa profecía.
Él lo dijo, "lo que hagáis, os vendrá devuelto
Por mil",
Y yo iluso, le desafié a la eternidad.
Su conjuro malévolo nos encanto a todos,
Haciéndonos guerrear, luchar y matar,
Donde hubo carne y hueso,
Ahora la hay sin carne.
¿Debemos dominar nuestro destino?
¿Debemos arrojar la luz sobre la ira?
Yo una vez lo hice, y lo que vi,
Me paralizó en mi expedición,
Sabiendo que lo que se esconde tras el alma,
Solo debe ser desvelado
Mediante una utopía que jamás debo volver a dislumbrar.
El hombre, en cualquiera de sus formas,
Tan solo desconoce una cosa,
Y ese matiz tan abstracto,
Es la
Utopía.