Elijo hoy darme por vencido aun no vencido,
darme por vencido sin siquiera haber peleado,
darme por vencido sin haber derramado ni una gota de sangre.
Elijo no ir a la guerra y autoproclamarme derrotado.
Agito mi banderita blanca y toda esa estupidez protocolar.
Me rindo.
Con la satisfacción de no haber perdido ni una batalla
(más allá de que no la haya dado).
Pues acosado por el recuerdo
de los cruentos holocaustos amorosos
durante los siglos eternos
de mi breve y reciente adolescencia,
elijo hoy que Plutón
no sea más que un puntito oscuro e insignificante
que apenas se pueda ver desde Neptuno,
y por el cual no voy a mover un solo pelo
...y si Plutón elije no ser Plutón
y elije ser un vos tangible,
así, con tu cara de idiota y tu estatus tan poco planeta,
pues bien, aquí espero.