Mientras teñida de carmín,
la Tierra se estremece,
y el odio inútil enfrenta a los hermanos,
y tuerce la ambición el corazón de los humanos,
y la felicidad,
en el vértigo de producir y acaparar sin tregua,
se refunde,
un puñado de idealistas,
comandados por el más soñador de los quijotes**,
construye con las letras un mundo de ilusiones.
¡Ah!, si el mundo fuera lo que anhelan los poetas,
transmutando el peligro en esperanza;
imaginando en las tinieblas,
no el horror,
sino la oscuridad serena,
una noche cargada de luceros;
reduciendo la tempestad a mar en calma,
fraterno y apacible;
apreciando en la pendiente,
no el abismo,
sino la majestad de la montaña.
¡Ah!, si el mundo fuera lo que sueñan los poetas,
una fábrica de eternas ilusiones,
rincón romántico de buenas intenciones,
refugio de amor,
sin odio y sin dolores.
Que se hermanen las plumas
y sus letras enlacen las naciones,
y en palabras de gala
se esparza por el mundo su mensaje:
que su aliento sublime ilumine las razones
y su virtuoso arresto contagie los pétreos corazones.
* A las Naciones Unidas de las Letras y a su fundador Joseph Berolo
Luis María Murillo Sarmiento MD
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