Guardé la rosa y guardé el tintero
guardé el poema y saqué silencios
dejé mi alma mecerse al viento
dejé a la lluvia bañar mi cuerpo.
Sentí el tiempo correr despacio
morir el sol, luna y milagros,
en negro cielo sin puntos claros
mueren también suspiros y años.
En rizado recuerdo cayó una lágrima,
de aquellos días claros
quedan hoy solo las ánimas.
Ánimas de risas y besos
de abrazos y deseos
de caminos y senderos
que no tuvieron regreso.
Y la lluvia diurna cubrió mi rostro
y la tarde sin nubes secó mi ojos
y la noche húmeda abrazó mis miedos
que el tiempo atenaza sin miramientos.
Pero tengo la rosa y tengo el tintero
tengo el poema y tengo el silencio
y tengo en mi pecho un grito sereno
que guarda en tus rizos mis dulces recuerdos.