Tantas calles oscuras
no resuelven mis dudas
la nieve las alumbran
en el vuelo de su locura;
vuelan copos que asustan,
recrean espectros y lunas
extrañando la bruma,
tantas calles oscuras…
Edificios y soledad
me observan naufragar
por mi dolor a la mitad
ella nunca regresará
ni para apenas espantar
elogios a mi realidad
de llorarle tan incapaz
de reírme y respirar.
Dándole al viento
una carta sin te quiero
me consumo y vuelo, tan lejos,
con lágrimas a un blanco desierto
y me derrumbo ya muerto, es cierto
la venganza del miedo
hacia mi silencio.
*
Se quemó todo en el fuego de un cometa
hasta los argumentos de tanta tristeza
al saber que nunca estaría con ella,
fue la brisa que jamás sopló mi cabeza,
adiós, sin tan sólo hoy pudiera verla…
*
Esperan a que me estremezca
los ojos de esta condena
por sentirla tan cerca
por amarla princesa
sin coronas ni guerras
solo tocarla como era
con el tacto de niebla;
qué inusual fue ella.
Absurda melancolía
se sienta en mi silla
y escribe mis letrillas
con las que invernaría
por siglos hechos días
y ve cómo se acerca
el frío que acobija
la oscuridad tan mía.
Dándole al viento
una carta sin te quiero
me consumo y vuelo, tan lejos,
con lágrimas a un blanco desierto
y me derrumbo en silencio.
*
Se quemó todo en el fuego de un cometa
hasta los argumentos de tanta tristeza
al saber que nunca la besaría a ella,
fue la brisa que jamás sopló mi cabeza,
adiós, sin tan sólo hoy pudiera verla
bailando entre la nieve y calles negras
tantas calles oscuras, todas muertas.
*