En mi mirada puesta en tu mirada puesta en mi mirada,
no caben más que quemazones al alma.
Que razones más calmas puedo darte,
que los fonemas que tímido escribo,
si ahora mismo me quemo escribiendo,
sintiendo el horrendo quemar en mis venas.
Ven, has, has de mí lo que desees, has de mi lo que deseo.
De eso estoy hablando mientras quemándome te veo.
Ven hacia mis ojos que te ven.
Que te den mil razones para amarme, para armarme y desarmarme.
Déjalos quemarte. Y que Marte interceda si hace falta.
Y así todo el olimpo y los ángeles del cielo.
Y si te celo, sé lo que vas a pensar
pero espero que sin peros entiendas
que ese fuego, tu mirada,
que enciende, que incendia,
solo quiero que a mí me incinere
y sincere mi alma en sus cálidas llamas.
Verte verme para mi es verter llamas.
Verme verte, para ti…¿quema?