El Mar brama como una fiera herida de muerte, un viento huracanado levanta olas tan inmensas como una pared, él está a duras penas sobreaguando, está asustado. Saca la cabeza por unos segundos, pasa la primea racha de seguidillas del oleaje, y de pronto descubre a unos metros un salvavidas amarillo.
Si logra llegar primero al salvavidas, antes de la segunda racha del oleaje, estará a salvo, por lo menos, tendrá la certeza de que flotará, por encima de la marea... Si no lo logra… desaparacerá… impunemente… bajo las espumas...