Identificarse Registrar

Identificarse

Índice del artículo

No podrás ocultar entre tu sonrisa maquiavélica las profundas intenciones de tu quehacer torpe y cotidiano. Te meces sobre tu mismo cuerpo, una y mil veces, siempre haces lo mismo todas noches. Piensas que no me doy cuenta que utilizas tus miradas y esas infames artimañas para lograr la atención de aquella mi mujer.

La puerta esta abierta esta noche, mi demencia también. Hoy no me arrebatarás nuevamente su amor, no caerá entre tu pecado profano. Hoy silenciaré toda esa forma secreta de tus balbuceos, aunque la mujer que duerme a mi lado, suela llamarte: “bebé”.

Están en línea

Hay 247 invitados y ningún miembro en línea

Temas populares

No se han encontrado etiquetas.

Concursos

Sin eventos

Eventos

Sin eventos
Volver