Desde que cumplí los 7 años, un poco más, un poco menos, todos y cada uno de mis sueños comienza con la imagen de mí despertando y finalizan con la ilusión de estar yéndome a dormir. Al principio era interesante, no lo niego. Era de algún modo vivir una segunda vida mientras dormía. Pero esa emoción la fui reemplazando por una profunda angustia al cabo de unas semanas, cuando mi mente, confundida, me hizo perder la cuenta de cuando soñaba y cuando no. Ahora escribo esto, pero no se si lo hago desde la realidad…o desde un sueño.