Cuando me vaya quizás, me iré flotando, como el humo que se disipa en el aire y el viento que lo dispersa a través del tiempo y el inmenso espacio, mi mente se trasportara aquel lugar de mi niñez en compañía de mi padre y mi madre, en aquellas playas del caribe abrasadas al calor del sol, sintiere una vez más aquella arena blanca y rosada , aquel olor a la mar salitre que fluye al igual como flores en primavera, el sonido de las olas golpeando la orilla de la playa y las piedras más allá de la ensenada.
Me iré envuelto en aquel manto de alegría infinita.
Me iré envuelto entre conchas de caracol.
Me iré en el regazo de mi madre y mi padre aletargado y contento.
Me iré rodeado de recuerdos entre palmaras y rayos de sol.
Me iré en el sonido milenario de las olas y el mar, atrapado por las conchas de caracol.
Cuando me vaya no sentiré dolor, ni nostalgia, aquel lugar feliz será mi escondite ante la fatídica oz del destino y el tiempo inevitable, mi musa melodiosa, me susurrara melodías de la Sonora Matancera, en el mar la vida es más sabrosa, en el mar te quiero mucho más, Con el sol, la luna y las estrellas, en el mar todo es felicidad.
La calma vendrá a mí, alejando a la furiosa tormenta de los estragos que va dejando en la vida, y los suaves rayos de sol, disiparan la bruma de mis ojos develándome un nuevo horizonte en la aurora del nuevo día.
Cuando me vaya en mis recuerdo me apegare, no sé qué hay más allá, solo sé que la luz que hay mis ojos se ira, cual vela se va apagando o lamparita de gasoil se va consumando, no quiero jaculatorias, ni sollozos, solo quiero la compañía de los que me amaron con sonrisas, júbilo y sin hipocresías.
La verdad será que nada me afectara y nada me resquebrajara, quizás seré como el viento, libre limpio y en libertad, libertad, libertad, sin hipótesis que demostrar, quizás sea como cuando cierro los ojos y dormido quedo, sin recuerdos, y nada solo en un sueño y nada más y nada mas...
