De repente uno de sus hijos se paró delante y sin recibir instrucciones le dijo:
- No te preocupes - respondió el supremo - ya he elegido un ángel para que te proteja en tu estadía en la tierra.
- ¿ Y podrá defenderme de todo los males ? - volvió a la carga
- Sí respondió seguro y luego agregó, no sólo te protegerá sino que hará lo posible para que crezca fuerte y sano.
- Una cosa antes de irme - ¿Como lo reconoce a mi ángel ?. Cuando llegue allá por favor dime el nombre al menos.
- Dios lo miró y volvió a sonreír, luego de una pausa le dijo:
- No importa su nombre - tú simplemente dile mamà.