FRÍO DE NOVIEMBRE
Cae como recuerdos derretidos
en la extensión de la calle,
cae medio dormidos
sin nadie quien se pase
en la mitad de su apogeo.
En la visita de la muerte
hablamos de costumbres,
de cuando me iré siempre,
de la vida sin luces
y del maldito noviembre
que descargó su duelo
sobre mí.
En la visita de la oscuridad
sonando casi las siete,
hablamos de su eternidad
en toda mi frente,
de mi negra mortaja,
de las pocas cartas
escritas en blanco.
En la visita del dolor
hablamos de mi corazón,
el que no sabe de amor,
el que en su vida sintió
una plástica ilusión;
hace mucho que murió,
su sangre se congeló.
*
Cae como mundos sin color
en los desiertos tejados,
no sé cómo es el sol
lo vi solo hace años
antes del día inevitable.
En la visita del invierno
hablamos de su regreso,
de mi llanto hecho hielo
y no pude nunca creerlo,
sabe que sólo espero.
En la visita del pasado
hablamos de un sueño amargo,
de unas rosas grises
rosas o nubes grises
que adornaron mi ventanal,
la niebla en su realidad
hace visible la soledad.
Hablando de una luna roja
que está incendiándose
veo una tarde como pocas
la veo muriéndose
y me regala sus horas
despidiéndose de mí.
Hablando de planetas
a milímetros de mis ojos
donde la condena
me dejó siempre solo
miro todo petrificado
sobre mantos escarchados.
*
En la visita de todos juntos
con cuentos de mis desilusiones
cada uno con sus alegrías,
hablé desde las raíces
de mi perfecta soledad
con la palabra muerta,
y luego mis grandes pérdidas;
de lo que pude o no lograr,
de lo que no volverá,
de mis miedos.
*
En la visita de nadie y todos
maravillosamente solo
hablo del más dulce silencio
que me observó volverme loco.
