No puede inspirar alegría lo malo que a otro le pase mientras se ‘gana’ la vida,
Aunque haya algunos bullicios que causan hilaridad mostrando la realidad.
Y, no es que seamos buenos tampoco somos tan malos…
en variadas ocasiones, a duras penas pensamos.
Coinciden en sitio y hora, chofer y motociclista.
Una cita acordada entre la vida y la muerte,
Mismas que ultiman detalles para tan sublime encuentro.
En el cruce de una calle hay un semáforo en rojo
Que ignora el motociclista y aumenta velocidad.
En el sentido contrario, el semáforo está en verde
Que el chofer cruza confiado pues, va por su vía legal.
Un hombre yace extendido y el otro muy compungido
En medio de la avenida frente a una multitud afligida
Por el fatal desenlace de una carrera inusual,
Que, al conocer sus razones, lo pone a uno a pensar.
Y aquí cumple su faena el agente policial,
Mismo que rato antes persigue a un ladrón…
Reconoce al difunto y observa el botín regado;
En el suelo está el botín
Por el cual cedió su vida…
Pero que tuvo este fin.