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A mi me pasan cosas muy curiosas o me encuentro con personas con pensamientos y opiniones bastante extraños. Haciendo un recuento de conversaciones a lo largo de los últimos años encuentro que se volvió común creerle más a Google y las redes que a los profesionales que hicieron un pregrado, una maestría y hasta un doctorado. Quiero mostrarles algunas opiniones de personas comunes, algunas con estudios superiores, que demeritan a los profesionales de diferentes áreas del conocimiento:

  1. LOS MÉDICOS: escuché afirmar a uno, y los que los escuchaban asintieron con la cabeza: “son mejores los remedios de mi abuela”. Muchos piensan que los profesionales de la salud trabajan en sociedad con las farmacias para sacarles dinero, por eso creen más en los consejos de los amigos. Algunos amigos y familiares están en el cementerio o enfermos crónicos por no hacer caso de a los médicos. No niego que la medicina natural sirve en algunos casos y doy el ejemplo de un amigo que le descubrieron una diabetes avanzada y tenía miedo a las inyecciones de insulina; se hizo todos los remedios recetados por amigos, hasta que un día empezó el tratamiento de diálisis cada tercer día hasta su muerte dos años después.
  2. LOS INGENIEROS. He escuchado obreros que trabajan en obras civiles como carreteras y malla vial de las ciudades que los ingenieros no saben lo que hacen, que cualquiera de ellos haría mejor la obra en la que trabajan, sueltan la risa y asienten.  Cada uno de ellos haría mejores obras, si lo dejaran.
  3. LOS ARQUITECTOS, los albañiles o rusos, como se les conoce en Colombia, muchas veces construyen sin seguir los lineamientos de los planos elaborados por arquitectos. “profe, esos manes no saben pegar un ladrillo ni manejar un nivel, qué van a saber de construcción…” y levantan casas a su manera. Por lo menos eso vi y comprobé en varios pueblos. Tal vez tratándose de edificios y obras grandes el contratista los obliga a respetar los planos. Pero los albañiles de pueblo no le creen a los planos.
  4. LAS NUTRICIONISTAS. Son pocos los que de verdad y al pie de la letra siguen las dietas que recetan estas profesionales. Yo por ejemplo, trato de sostenerme con esas raciones exiguas y todo el día vivo con hambre. Pero el colmo me ocurrió con una enemiga de estas profesionales que me aseguró que lo mejor para bajar de peso son las grasas (después supe que tenía una fábrica de chorizos).
  5. LOS TRAUMATÓLOGOS. Todos los adultos mayores, o por lo menos una gran mayoría, cuando no hay fractura, prefieren ir donde el sobandero; muchos jóvenes deportistas también lo hacen y este es un señor sin ningún conocimiento de anatomía que lo hace a uno gritar de dolor tratando de acomodar el esguince o torcedura.

Yo he cometido muchos de estos errores en el pasado, pero llegué a la conclusión de que todos los profesionales estudiaron durante muchos años para obtener un título que los acredita como conocedores de su oficio. En todas las profesiones hay personajes mediocres, pero no se puede aplicar a todos los que la ejercen. Por ahora me preparo para una cirugía y no hago caso de los consejos de amigos y conocidos que me recomiendan remedios milagrosos. Confío en los médicos.

Edgar Tarazona Angel

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Evgeny Zhukov De acuerdo, no hay que demeritar a los profesionales. Es cierto que hay conocimiento ancestral que funciona y es puesto a un lado de forma tajante por la ciencia de hoy. Pero es lo mismo con los profesionales.

 

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