Necesito sentir las llamas otra vez.
Necesito quemarme con un sentimiento. Que la emoción sea fuego.
Necesito llorar esas lágrimas que arden y dejan una marca en todo su recorrido desde los ojos hasta los labios, hasta el pecho, hasta el suelo.
Necesito esas risas que resuenan incansablemente en un eco que aturde y que moviliza al alma haciéndola vibrar al compás de mil colores.
Necesito quedarme sin aire con un mirar. Necesito que todo estalle por dentro con un roce de pieles.
Necesito que el aire tome matices.
Necesito que el vacío se haga fuego, que la nada se haga carne, que el frío se haga sol.
Necesito sentir las llamas otra vez.
Necesito sentir las llamas.
Necesito sentir. Y punto.