Mis manos solícitas, dibujan en el aire un pequeño retrato hablado de tu sonrisa, de tus ojos, del perfil de tu rostro, de los rizos de tus cabellos y de los detalles de tus contornos. Y entre florituras incomprensibles de mis dedos en el aire, estos dibujan también la presencia etérea de mis sentimientos hacia ti.
Y me quedo mirando el invisible retrato tuyo que late vivo en mi memoria. Que sonríe y se ríe conmigo, que me llama, me abraza y me susurra al oído el canto de un amor en solo una pequeña frase: "Te extraño".
Y se desborda mi garganta en un rictus espontáneo de angustia que humedece mis ojos, que aprisiona el aire en mis pulmones y detiene mi corazón por un latido, para salir después despedido el sentimiento en un largo y tímido suspiro.
Es que yo también te extraño y te dibujo en el aire para no extrañarte tanto...
Princesa de sueños, coronada en mi alma y destino de mis días. Te extraño y lo disimulo dibujando sueños locos que distinguen solo mis ojos, tarareando melodías que no existen sino solo en mi melancolía, escribiendo en difícil para que las palabras desvíen las intenciones y solo quede el sentido.
Princesa de sueños, hoy no hubieron versos, solo un trozo de prosa que salió del silencio que hace un tiempo embargaba mis palabras.
Pero aun en el silencio y en la ausencia de versos, estas tú presente a cada momento en mi alma...