Ríete de la vida, si, todo el mundo lo ha dicho alguna vez, ¿pero por qué no lo intentas de verdad?
Silencio y más silencio, caras pensativas ante una decisión a punto de explotar de un momento a otro. Miedo y más miedo, pero alegría, mucha alegría porque sabía que mi camino empezaba en el mismo momento en el que yo tomase aquella decisión. Ya no importaba lo que los demás dijesen, era mi decisión, solo mía, y yo la que iba a asumir la responsabilidad de lo que pasase después.
Noche, y luego más noche y más besos, más sonrisas, más miradas con sólo un significado, simplemente dejarse llevar por una vez, aunque solo sea por una vez, envolverse de aquel cuarto lleno de ilusiones y unos cuadros viejos llenos de polvo, pero sobre todo de ganas de vivir. Sólo una respuesta con la mirada bastó para cambiar mi vida para los restos, una mirada que bastó para decidir que viviría solo y únicamente para ser feliz, acordándome todos y cada uno de los días de aquellos que no pueden ser tan felices, los que no tienen suerte en la vida, los que viven desamparados cuyo futuro dudoso pone en su cara una amarga línea de angustia sobre la frente.
Decidí finalmente vivir para ser feliz y hacer feliz con todo lo que ello acarreaba, es lo más importante que he decidido nunca, olvidar rencores, querer más lo que se hace, querer a quien tienes a tu lado, dejar de lamentarse y luchar por seguir adelante, aunque no todo venga bien, regalar con tu sonrisa y esperanza nuevas ilusiones a los demás, pero sobre todo durante todo el año y todos los años de tu vida, sin desesperanzarse en ningún momento, quizás todo el mundo debería replantearse decidir eso, dado que no hay mayor regalo que la propia vida, sean cuales sean tus circunstancias.
Alabo a todos aquellos cuya vida no ha resultado fácil y a todos aquellos que con su vida pagaron el futuro de otros sin quejarse ni un sólo segundo por ello. A todos aquellos alabo, y les agradezco que me hayan echo comprender el verdadero significado de la vida. Vivir y sobre todo, dejar vivir.