Y un día tomé coraje.
Fui hasta donde ella estaba, la mire y con una voz casi tartamuda le dije
-Vayámonos -
-Ella me miró perpleja, después de dudar un segundo me dijo
- ¿Adonde? No se puede -
Vayámonos donde nadie conozca nuestros nombres, donde las mañana se confundan con los días, vámonos antes que el tiempo se acabe. Así mañana no tendremos que arrepentirnos de nada.
Ella meneó la cabeza parecía insegura, quizás por eso me dijo-
-
No podemos dejar todo, qué dirán nuestros amigos, no quiero volver y tener que dar explicaciones.
Volví a mirarla y haciendo caso omiso a lo que ella decía, le dije.
- Yesica vayámonos ahora ya he comprado dos pasajes para ir a Roma y cumplir nuestro sueño.
Ella se acercó y después de pasar tu mano sobre mi rostro me dijo
- Marcos ya estamos grandes para viajar, mejor con ese dinero compremos algo para nuestros nietos.
Dejamos pasar el tiempo, esperando cosas y lo único que pasa es la vida..