Primer adelanto de una novela que estoy escribiendo, es el primer asomo de un diario de aproximadamente cuarenta días, ruego a los lectores ser lo suficientemente críticos con la estructura del escrito, no está de más aclarar que es la primera vez que me aventuro a escribir esta clase de textos. La siguiente historia trata sobre aquellos relatos juveniles y pasionales que por algún momento todos hemos pasado, pero que sin duda también se consideran como la sencillez y la grandiosidad de amar y enamorarse, cada palabra recoge los más humildes recuerdos de algo que alguna vez paso.
Martes 29 de Abril
Eran alrededor de las 9 de la mañana, no desperté en mi casa y solo sentía el sabor del cigarrillo en mi boca y un dolor de cabeza impensable. El día anterior junto con unos amigos me había excedido con algunos tragos, ahora parece que solo esa noche anunciaba lo que me iría a pasar después.
Recuerdo que lo primero que hice fue llamarte, para contarte lo que había hecho y para programar la hora en que íbamos a estudiar, espere un regaño, pero tu cabeza no estaba para hacerme ese tipo de reclamos, en ese momento ya en tu cabeza caminaba la idea de dejar todo atrás. Al rato, salí de la casa de mi amigo, me bañe e inmediatamente salí a la universidad, la tarde trascurrió normal, no tuvimos clase en el salón de uso, igual fuimos a un edificio dentro de la universidad y en el acostumbrado receso, fume un cigarrillo y me limite a contar lo sucedido la noche anterior, mientras tanto, tu junto a catalina, una buena amiga, compraste algo de comer, en ese momento nunca pensé que la persona que llego a saludarte me traería tantos problemas, entraste un poco después de haber terminado el receso, la clase llevaba alrededor de 5 minutos, no te sentaste cerca de mi, al finalizar la clase, hablamos y decidimos ir a tu casa.
De camino, en el bus, después de una corta conversación, salieron mis primeras lagrimas, nunca comparadas con las que tu ya llevabas a cuesta en todo este tiempo, no voy a olvidar lo que me dijiste, “eso nunca debió pasar” definitivamente fui muy ciego para no saber que tarde o temprano algo así iba poder pasar, después de eso, solo dijiste lo siento, yo mire hacia la ventana y con al animo de ser muy fuerte y de además aun no entender lo que pasaba solo deje caer un par de lagrimas.
Aquella tarde, en tu casa fue realmente triste, algo pasaba con los dos, yo estaba realmente estresado y bravo por lo sucedido los días anteriores, además por lo que me habías dicho, pero de igual manera no esperaba lo que se venia venir, tu estabas mas seca que nunca, solo un par de sonrisas salieron de tu rostro, puse un par de canciones y me abalance encima de ti, preguntando que te pasaba, no respondiste absolutamente nada, luego una llamada y un mensaje. Que me desconcertaron pero no me preocuparon, nuestra relación parecía estar bien, tanto tu como yo éramos felices, bueno aparentemente.
Cayo la noche, y el estrés de ambos aumento, me fui de tu casa sin pronunciar palabra, no tarde mucho en mostrar lo cobarde e indefenso que me siento sin ti, te llame y te dije que salieras, te entregue tu celular y en una actitud inmadura (después vendrán muchas mas) te dije que me iba en un bus o caminando, esperaba que me dijeras quédate y por fin saber que pasaba, no se por que, pero no aguantaste mas, entraste en llanto y me reclamaste por mi cobardía, por mi falta de amor, por todo lo que muchas veces habíamos apenas nombrado, pero que yo cobardemente nunca había aceptado, desde ese momento la vida comenzó a castigar mi terquedad, te abrase y luego del beso mas lindo que alguna vez nos pudimos dar, te di la razón y te pedí perdón. Inmediatamente sin pensar un solo segundo pedí que le pusiéramos nombre a nuestra rara relación, para ti ya era tarde, para mi solo era un paso que teníamos que dar para continuar viviendo juntos un mundo que construíamos tu y yo con cada sonrisa, cada paso cogidos de la mano, cada beso enviado por teléfono antes de dormir, en fin con tantos planes e ideas que ya no vamos a poder cumplir. Me pediste un tiempo, regrese a tu casa nos sentamos en un sofá, aun faltaban cosas por decir, tus reclamos eran justificados, pero la razón de los reclamos aun no era clara, mire tu celular, y rompí en rabia, me habías mentido, así no parezca, en tu vida ya estaba entrando alguien mas, fue una pelea fuerte, ninguno de los dos paraba de llorar, para ambos fue difícil, tan pronto llegue a mi casa te volví a llamar, recibí un msn tuyo, donde me decías que no te querías alejar, y alejarnos era la ultima posibilidad que yo podía pensar, hasta ese momento aun éramos tu y yo, hablamos por teléfono hasta quedar dormidos, yo no quería saber nada de ti, me rehusaba a pensar que era un engaño, prometiste buscarme al otro día para poder hablar, esa noche no pude descansar, imagino que tu tampoco.. Al fin y al cabo… nos quedamos dormidos con el teléfono encendido.
Describir que sentí ese día realmente me queda imposible, porque mas allá de lo que me realmente pasaba, me negaba a creer que todo estaba terminando, que dudabas de tu amor, y que no veías que yo te amaba y era feliz contigo de corazón. Así, termino aquel día que inicio con la resaca del alcohol, y que finalizo con el llanto y la impotencia de no sentir tu amor.