Durante algunos días del año, el Gobierno decreta la prohibición de expender y consumir bebidas alcohólicas; a esto se le denomina Ley Seca y supuestamente sirve para evitar riñas, enfrentamientos de toda clase y preservar el orden público. La intención es buena, pero se cumple a medias, eso lo sabemos la mayoría. Ahora, durante la cuarentena causada por la pandemia, con frecuencia se decreta ley seca y hasta toque de queda en días especiales, como en los festivos y puentes. Esto porque muchos ciudadanos son desobedientes y hay que ponerles freno de alguna manera.
Esta ley no es nueva, recuerdo que cada vez que hay elecciones, para evitar que los borrachos se exalten y hagan escándalos por determinado partido político antes o después de los comicios, pues se les suspende el licor (en teoría, porque a escondidas se expenden y se consume licor en cantidades). Esto funciona a medias en los grandes supermercados. En las tiendas de barrio por debajo de cuerda, como se dice popularmente, le venden a los consumidores el trago y la cerveza para que lleven a sus casas.
Históricamente, y en USA, hubo una época de triste recordación durante los años veinte. La prohibición de vender y consumir bebidas embriagantes por el bien de la salud y la moral del pueblo americano. Esto trajo como consecuencia el fortalecimiento de las mafias, en especial la siciliana y la irlandesa, que se dedicaron a producir y comercializar licor hasta tal punto que el gobierno de turno en EE. UU. tuvo que anular dicha ley.
Aquí en Colombia ya nos hemos dado cuenta, por los noticieros y por ser testigos, que cada fin de semana con ley seca hay bailes, desórdenes, peleas y escándalos causados por el consumo de bebidas embriagantes; eso es muy difícil de controlar. Mucho más en un país con gente tan desobediente como la nuestra; y no se puede generalizar, hay sectores más indisciplinados que no quiero nombrar aquí, pero que todos conocemos.
Recuerdo en una escasez de licor que, en muchas viviendas, fabricaban chicha, esa bebida derivada del maíz que se deja fermentar y embriaga (nuestros ancestros aborígenes con ella se emborrachaban). No recuerdo si la escasez de cerveza se debió a una huelga en Bavaria, la gran productora, pero el pueblo consumidor no dejó de embriagarse, gracias a la milenaria chicha, yo entre ellos, cuando joven.
Hasta aquí llego con mi opinión. La Ley seca es un recurso que no funciona como mecanismo para impedir desórdenes y escándalos. Si el pueblo fuera consiente y respetara las normas no sería necesario prohibir nada.
Edgar Tarazona Angel