En Navidad conmemoramos el nacimiento de Jesús. Dios y hombre verdadero. Que se hace hombre en las entrañas de la Santísima Virgen, para redimirnos del pecado y abrirnos las puertas del cielo. Ahora en el año 2018, son 2018 años del nacimiento de Cristo Salvador del mundo, tiempo de reconciliación con Dios, aprovechemos esta oportunidad para limpiar nuestra alma. Así, esta Navidad 2018 no será una navidad más, sino que seremos hombres nuevos de verdad, hombres libres que caminamos bajo la mirada de Cristo. Este es el verdadero cambio que necesitamos. Muchas veces nos preguntamos ¿Por qué el mundo está tan mal?
¡Queremos mejorar el mundo! Muy bien, adelante con este propósito, mejoremos cada uno interiormente de adentro hacia afuera erradicando de nuestra vida todo lo que nos separa de Dios. A veces nos desilusionamos porque este propósito es muy general, para hacerlo real esto se consigue con la lucha diaria, poniéndonos pequeñas metas cada día, volviendo a empezar siempre, por ejemplo: si somos mal genios, luchemos cada día por mejorar nuestro carácter, sino lo hemos logrado ahora lo lograremos mañana, lo importante es luchar en esta meta concreta cada día, hasta que alcancemos el propósito sin desanimarnos, pidiéndole ayuda al niño Jesús. A ÉL lo que le importa es nuestro empeño por mejorar éste es el mejor regalo que le hacemos a Jesús, entonces sí tendremos una Feliz Navidad, porque el sentido de la Navidad es espiritual no material. Si queremos un regalo costoso y no lo conseguimos y por esto nos ponemos tristes, será una pobre Navidad sin sentido; por eso ha perdido la Navidad su verdadero significado y se ha esfumado la ilusión. Pues ahora miremos la Navidad desde la óptica espiritual, entonces será una Feliz Navidad y podremos cantar con los ángeles de Belén: ‘‘Gloria a Dios en las alturas y paz a los hombres de buena voluntad’’
Delia Eloísa Dousdebés Veintimilla
12/12/2018