ANTÓNIMOS
De entre los pliegues de mi alma duele ver
se ha derramado el frío hiel del desengaño
como un despojo pusilánime y extraño
sobre la incauta candidez de mi querer.
Tu extemporánea decisión ha condenado
mis prematuras ilusiones cual si fuera
desbaratado y gris racimo de quimeras
casi enmohecidos en mis sueños desolados.
Mi desgarrado corazón desde sus grietas
hoy claudicó las desgastadas ambiciones
y es la esperanza que albergaba en sus rincones
triste cautivo de prisiones obsoletas.
Tú tan locuaz, yo taciturno, bien lo sé.
Mi hoy tan preciso y tu hoy por siempre abstracto
le descompasa a nuestra vida el tiempo exacto
cuando el soñar de tu mañana está en mi ayer.
De tan opuestos nos aisló un profundo abismo
si he sido selva mientras tu fuiste desierto,
donde aun lloviendo el mismo amor a pecho abierto
en mí florece y en ti es sólo un espejismo.