Nací a los diecisiete años
Bajo la sombra de la belleza ajena
Y oculto entre las letras de mis sueños prematuros
Me fundí en el color de tus ojos
Desde el iris hasta la pupila
Desde el borde,
Universo de tus miradas,
Hasta el fusco centro
Enigma que atormenta mi desorientada razón
Confieso no haber vivido hasta ti
Y confiesa mi tristeza que no podré vivir sin ti
Mas luego me repongo si invento que aún estás por ahí, libre sin mí.
No recuerdo la última vez que te sentí tan cerca,
tan lejos, tan mía, tan de nadie,
aún está en mí la silueta de tu sombra
la única con la que puedo hablar
con la que mi razón no se impacienta
y se pierde en vacilación
es con la que mi cuerpo no tiembla como guerrero herido
aquella que me escucha sin verme de esa forma tan especial
y mortificante con la que tú lo haces
incluso cuando me quiebre en mil pedazos sobre ella
no seré más que la estela de tu sombra.
