“No tenía ganas de nada, sólo de vivir”
Juan Rulfo
Sonríe! con auténtica simpatía;
sirve el café, le pone
queso light a las tostadas;
(besa y da la bendición).
Mientras se acomoda
el collar, desliza
la lengua por los dientes;
el ingrato espejo le devuelve
su insípida vida: su soledad
se acompaña, por instantes,
de aburrimiento, traiciones,
deberes, sueños prefabricados
y una vida envidiable.
En el piso los disfraces,
sus ojos convexos, vagan
lentos por los rincones;
sonríe con auténtica amargura,
quitándose el maquillaje, ya
desnuda piensa: “ hace
mucho tiempo la casa
está en ruinas, con goteras
y cadáveres por doquier”
/en el espejo
una calavera le sonríe
amistosa/
Namid A
(Mayo 24 de 2.009)