Frente a un río solitario de nubes rojas
se disuelve el amor que fue como otro
portando en los cafés un vestido rosa
pero besándome como si yo el de todos
fuera el mas solo.
El adiós se duerme dentro de mi silencio,
no digo nada porque me enamoré fácil,
ella me abrazaba si sentía el miedo
a creer que mi boca podría saborear
mejor otros besos.
*
Y no sé por qué todavía te espero
en cada noche si ya lo sabemos
que no volverías porque tu amor
creyó ser brisa y solamente pasó
sobre mi vida.
*
Vienen los años por un momento
hasta recordar que me figuraba en el polvo
y creer que eras igual a las mañanas
llena de sueños imposibles y otoños,
cómo te extraño.
El adiós se duerme en mi silencio
y tiro mis noches para que vayan detrás
y no recordarte aunque esté lloviendo
afuera o en mi memoria sin escampar
nunca de mis cielos.
*
Y no sé por qué todavía te espero
en cada noche si ya lo sabemos
que no volverías porque tu amor
creyó ser brisa y solamente pasó
sobre mi vida.
Muere la tarde que intenta nadar
entre nubes rojas para encontrar
el vuelo de tu cuerpo sobre el mío,
desnudo y habiéndome dicho
también te amaría, otra vez.
*