Me preguntaba por qué en el barrio
todos elegimos
ir a deprimirnos
a la hamaca de la placita.
Me preguntaba también
por qué en el barrio
todos
nos deprimimos tanto.
Me preguntaba,
columpiándome y moqueando,
si abrazarte me hace tanta falta
como para estar ahora
llorando y columpiándome,
o si hamacarme
por no estar abrazándote
es una excusa
para llorar
otras cosas.
Y me pregunto
si todos los vecinos,
que en larga fila esperan
para llorar y columpiarse un rato,
también van a hamacar
la falta de un abrazo
o si vienen
para hamacar
otras tristezas.