Con la frescura que le dan sus pocos años
y el privilegio de sentir la rebeldía,
va impregnando con aroma de inocencia
los rincones de mi tiempo y de mi vida.
A veces, único refugio de mis pensamientos,
hace presente el recuerdo de mi risa
y devuelve a mi memoria más frecuente,
reminiscencias de una niñez dormida.
Un caudal inagotable de experiencias no vividas
y el desenfado en la mirada, tantas veces perdida,
dan el marco adecuado a la hora de encontrarle
una noble descripción a mi creación divina.
Es en el momento justo y en su justa medida,
que urgente de libertad busca a tientas la salida.
Arrebato silencioso que me asecha inadvertida,
llevándose su niñez, como un ladrón, a escondidas.
Vivian Casasco
http://delavivi.blogspot.com