mi himno de alegría,
he tardado casi un año
en entender que sigo viva.
Los recuerdos me acecharon
durante todo este tiempo,
consumiéndome en el dolor,
en la impotencia, en el desconsuelo.
Siempre has permanecido
en las sombras de mis añoranzas,
a mi lado, junto a mí,
sin abandonar nada.
oculto, callado, en el silencio;
"sólo porque no pueda verte
no significa que no estés,
sólo porque no pueda oír tu voz
no significa que muy adentro de mí
no sepa lo que me estas diciendo".
No quiero decirte adiós,
sé que te echaré mucho de menos,
llévate contigo, nuestra vida
en tus sueños.
Descansa ya tranquilo,
sin esos sufrimientos,
anhelo tus risas, tus palabras,
nuestros bailes, nuestros reencuentros.
Esta es mi oda, mi balada,
para un ser tan excepcional,
que durante treinta años de mi vida
me ofreció su cariño, su seguridad.
Aunque me parte el corazón
dejarte marchar,
sé que algún día sonará la música
y volveremos a bailar.
No hay nada en este mundo,
que pueda arrebatar,
el orgullo que un hijo siente hacia su padre
en el umbral de su final.
Y allá donde estés,
donde quieras estar,
siempre permanecerás en mí,
por qué yo soy parte de ti.