Mis poemas poco valen
es más diría ni siquiera
alcanzan a ser poemas;
pero se siente bien cuando
digo: allá viene el poeta
que ausente busca el verso
perfecto que lo redima de
su verdad; mis amigos
murmuran “poeta venido
a menos” por tener que trabajar;
no saben que muchas noches
me juego el pellejo, lucho
piel a papel, estrangulo
la Vida por dar a luz un
versito que me salve del
encierro de ser poeta de burdel.
Namid A.