Vivo sin sentir,
siento que no siento,
siento en mis adentros
que no puedo vivir.
¿Para qué reír,
gastar aliento,
cuando el tiempo
no cesa de fluir?
¿Cuándo se puede decir
que la vida no se la lleva el viento,
si incluso el sol se acabará con su movimiento
eones después de que me haya de ir?
Yo, que ahora estoy en mi cénit,
y no bien, quizá mal, pero no me encuentro,
necesito de un cielo más pequeño
en el que abrir mis alas de fénix.