en la sierra dibujaban
un rosario de claveles
infinito de esperanza.
La soledad de la noche
del pensamiento se clava.
“ Morenita de ojos negros ,
si estuviera a tu ventana”.
“ Mientras duermen los faroles
su reflejo gris de plata ,
abriría con mis manos
tus manos entrelazadas.”
“ Para pedirte en silencio
que rezes de madrugada
por tu bandolero errante ,
que Zamarrilla se llama.
Con corceles desbocados
Los migueletes avanzan.
La luna tiene en la noche
el perfil de una guadaña.
Inconsistente el camino ,
que tiembla con las pisadas ,
va acortando su sentencia
con los destellos del alba.
A Zamarrilla , el bandido ,
se abre la ciudad de Málaga,
soñando con peces rojos
para la sed de sus barcas.
Pero cambia el bandolero
el brillo de las navajas
por el manto de una Virgen
en una ermita cercana.
“Señora de la Amargura ,
bajo tu manto me guardas.
Sálvame porque soy muerto
si la justicia me halla.”
Mas la Virgen no distingue
las almas buenas y malas.
Sobre caballos de espuma
Los migueletes se marchan.
Zamarrilla , agradecido ,
colocó una rosa blanca
sobre el pecho de la Virgen;
se volvió de color grana.
“Ahora comprendo lo inútil
de la sangre derramada ,
de la desnuda tristeza
cuando la vida se apaga.”
“No volveré ya a la sierra ,
dejo mi trabuco y manta.
Un convento franciscano
será mi nueva morada.”
Azahar en los naranjos
un Jueves Santo de Málaga.
Viñeros , La Buena Muerte ,
Misericordia , Esperanza...
Para ofrecer a la Virgen
una rosa colorada ,
un franciscano se acerca
y en el camino lo matan.
La encarnada flor , de nuevo ,
se tornó una rosa
blanca.
El rostro de la Amargura
Se hace cascábel de lágrimas.
Cuatro tambores de sangre
en la sierra dibujaban
un rosario de claveles
infinito de esperanza.