Una semana falta para la primavera,
la soledad empieza a cortar con tijeras
todos sus escritos a la fantástica promesa
de vivir en quién tanto recuerda
como yo; me la paso entre solar y puerta
admirando esta historia siniestra,
me recuerdo cuando recuerdo.
De los que amaban noches perpetuas
uno se quedó sobre la almohada
llorando dolor mientras soportaba
la neblina, que apenas lo acariciaba,
pero hoy, decido abrir la ventana
y recibir el viento en escarcha;
qué hostil es el invierno…
*
Aquel amor no pudo ser el más bonito para los dos,
fue el que nadie en esta vida de las dulces tragedias se inventó,
ya se acabó y fue triste, pero no me pudo pasar algo mejor
como sentirlo en mí, después de que todo murió.
*
Al lado de un montón de nieve líquida
comienzo a recordar como de fantasía
cuando el amor vio mi última herida,
pasó su mano sobre ella y no dolía
y su luz, hizo que apenas se borrara;
recordé en el recuerdo que la tenía
porque le reclamé un te quiero.
Luego de que abrazara todos mis vacíos
la tristeza me dice “adiós, gran amigo,
fue un placer perder contigo,
me voy a donde todavía soy un desconocido
excepto tú, que solo me has vencido,
no sé cómo hiciste pero ya me retiro
fue un imponente duelo.
*
Aquel amor no pudo ser el más bonito para los dos,
fue el que nadie en esta vida de las dulces tragedias se inventó,
ya se acabó y fue triste, pero no me pudo pasar algo mejor
como sentirlo en mí, después de que todo murió,
como sentirlo en mí después de que al morirse, me besó.
*