Capítulo 6 - Su primer trabajo
“Quédate por ahora con nosotros en la cuadra, que cuando llegue Don Manuel, verá que hace contigo. La presencia del gallego, no se hizo esperar, de inmediato comienza el interrogatorio. Tino cuenta su historia. Aquel gallego que parecía de una piedra maciza, se le ablanda el corazón. –“Mira chico, justamente preciso un repartidor, creo serás tu el indicado” –
Canasta de mimbre al brazo, un gorrito blanco, alpargatas blancas del mandadero anterior, serán su presentación de aquí en adelante.
Simpático, de buenos modales, atento a las enseñanzas de los mayores, que muy pronto el cariño de sus pares no se hizo esperar.
Don Manuel, le permitió quedarse a dormir, en un pequeño cuartito al fondo de la panadería, que solamente guardaba bolsas vacías de harina.
Los once años le llegaron muy pronto, ganándose la simpatía de todos los clientes de la panadería. Un día llega a la casa de una simpática y cariñosa anciana, con su canasta repleta de mercadería, con la sonrisa amplia, moviendo en varias direcciones sus ojos vivaces. “Pasa a la cocina”, le indicó la señora, invitándolo con un fresco vaso de leche. –“Te voy a regalar un libro de aventuras, que seguramente te va a gustar” – Tino baja la cabeza, desaparece aquella mirada alegre, convirtiéndose en lágrimas. –“Le agradezco, pero no se leer” - ¿Cómo que no sabes leer? ¿Cuántos años tienes? ¿Nunca fuiste a la escuela? –“Mi vida no ha sido fácil señora….si yo le contara”-
La dulce anciana no podía creer lo que escuchaba, pero a su vez una extraña tristeza llena su corazón.”-De ninguna manera, mañana mismo, le pides permiso a tu patrón, yo seré quien te enseñaré a leer”-