Dos poemas destaca Meira Delmar de manera explícita en sus prosas, uno es el "El Cantar de los Cantares" Acerca de este texto… Hay diversas interpretaciones sobre el orden y el género literario tomando en cuenta la alternancia de los cantos. Así, Lapide divide el libro en cinco secciones, Muntz en seis escenas, Bossuet en siete cantos... Pero hay aspectos que dan unidad: Se trata de dos amantes separados, que se buscan ávidamente, claman su amor común, se reúnen y se ven de nuevo separados, esperando llegar, después de una prueba de que triunfa la amada, a poseerse definitivamente. Hoy constatamos que [[EL CANTAR DE LOS CANTARES]], libro de la literatura Hebrea, atribuido a Salomón... "en términos de amor, no ha sido igualado por ningún otro, a través de los siglos, quizás porque aúna, en alta llama, el cuerpo y el alma" y "El Ruego" de Gabriela Mistral, al cual considera "el más bello canto de amor doliente".Para un acercamiento a la profundidad y musicalidad del poema el RUEGO de Gabriela Mistral, aquí lo tenemos, para sopesar, por que era considerado como un poema de amor mistico, de inusitado vuelo, por parte de Meira del Mar.
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Orden de estas prosas
Desordenados cronológicamente, los textos no impiden el reconocimiento de un hilo conductor, las huellas de un viaje fundamentalmente interior, si bien no exento de periplos externos, suerte de bitácora de navegaciones inmóviles a bordo de la imaginación, acorde con su canto de corazón marinero. Los textos sostienen entre sí un diálogo musical de temas y variaciones, de reiteraciones y silencios que configuran una unidad. Entre los tópicos recurrentes sobresale el de la ciudad nativa de la poeta, tema central que atraviesa casi todas las prosas como una obsesión y contrasta con gran parte de la poesía de Meira, ajena a la geografía explícita (excepto en ciertos textos retóricos como los Romances de Barranquilla y Cartagena, concesiones a la poética en boga).
Espacio de cambios, la ciudad no es sólo un ámbito; encarna asimismo el tiempo que va del balcón infantil al museo virtual, de la visita vecinera y familiar a la soledad en medio de las calles multitudinarias, las salas de cine o de exposiciones, los teatros, los ancianatos y las bibliotecas, con las señales y garabatos de sus ocasionales habitantes. Frente a este tiempo desolador de la aniquilación recorren la ciudad y el libro, los actos circulares de la naturaleza, esa otra periodicidad de las lluvias y el florecimiento, las brisas y las aves migratorias que vuelven siempre a los oscuros balcones. De esta poesía contemplativa, Meira deviene en una poesía que busca los otros rostros ocultos de la ciudad, las miles de historias que se tejen día a dia,en las esquinas de manera anónima, la lucha de una ciudad que no renuncia a sus imaginarios colectivos, que se aferra a su pasado pionero y excelso de tesón por el trabajo, y la energía ciclópea para abrirse paso hacia la modernidad, recuperando su vocación industrial y comercial, propiciando su reencuentro con el rio grande la Magdalena, y con su vocación Marítima.
De los tópicos reiterados surgen, pues, los apartados de las prosas.
Encuentros
Afinidades electivas, se reúnen aquí textos sobre la vida y la obra de algunos poetas y artistas plásticos, admiraciones fervorosas de la autora que llegaron a convertirse en sus modelos artísticos y vitales, o escritores en ciernes atentos a su magisterio literario. Más que de estudios críticos, se trata de semblanzas agradecidas por el regalo de sus obras, expresivas de la admiración por las incidencias de sus vidas, en las que la lucha con el Ángel adquiere tintes dramáticos, trasuntos quizá de la batalla personal de la poeta, de la cuota de dolor consustancial al arte verbal: Gabriela Mistral, violada cuando niña, que durante toda su vida sublimiza en el magisterio y la defensa de los desprotegidos su imposible amor carnal, vuelto amor de tumba en "Los Sonetos de la Muerte"; el matrimonio trágico de la sensual Delmira; el fin de la jubilosa Juana de Ibarbourou, secuestrada por su "mejor poema", su hijo, brutal y bochornoso ocaso de una diosa; la violenta muerte de Lorca, presentida inútilmente por el propio poeta.