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DEPARTAMENTO DE LA FAMILIA DEL PINO
RIO VOLGA No. 17, 1er. PISO
COL. CUAUHTÉMOC
CIUDAD DE MÉXICO


Sobre el módulo de madera que esta frente a mí, en esta habitación, se levantan con orgullo varias fotografías enmarcadas con diversos materiales. Es cierto, soy demasiado creativo y amoroso. En una de ellas, está Fernando posando en traje de baño sosteniendo una Coca Cola en botella expresando una enorme y grata sonrisa, se la tomé desprevenido. En otra estamos sentados juntos y sonrientes durante la fiesta de cumpleaños de Angélica, mi mejor amiga, y por último, otra en donde estoy modelando desnudo y tapándome... ustedes saben qué, con un calcetín.

-Hola, soy Rodrigo. Aunque no lo crean en estos momentos estoy muy ocupado, de echo, estoy combinando mis pensamientos con lo que estoy haciendo. No sé como lo vayan a tomar pero lo que realizo en este instante me llena de satisfacción y orgullo, creo que estoy demostrando mi capacidad. A decir verdad estoy un tanto incómodo, pero ello no es problema, me refiero a que, como estoy, no puedo concentrarme en lo que digo. Hablo conmigo mismo e ignoro todo a mi alrededor. Es cierto, lo que pienso trato de mantenerlo pero lo que hago, simplemente dejo que suceda. Miro a través de un espejo que esta en mi lado derecho y observo a la flamante oscuridad en tonos rojizos. Que rico. Y heme aquí, estoy cogiédome a mi mejor amigo, I'm fucking with my best friend, como se diría en inglés, creo. Y aunque no lo crean, Alberto, el chavo con quien cojo, simplemente es mi mejor amigo. Dentro de diez o quince minutos, mi novio, el de a de veras, pasará por mí y por Angélica para irnos al Antrito, y echar desmadre un rato. Pero por lo pronto, disfruto tranquilamente de lo que estoy haciendo. He de confesar que estoy cansado y mareadón pues es la cuarta vez que lo hago con Albert, él esta debajo de mí mirándome con sus ojitos color miel, está sumamente excitado y me doy cuenta porque no ha dejado de exhalar. Para que lo sepan, Alberto es hermano de Angélica, desde luego ella no sabe que su brother es guei -gay- y, claro, no sabe que él esta conmigo en estos momentos. ¡Cómo me gusta ver sudar a este chavito! Ambos somos casi de la misma edad, Alberto tiene 20 y yo 22. Mi novio, el oficial, Fernando, tiene 23. Angélica tiene 22 años y nos conocemos desde la preparatoria, el primer semestre, desde entonces sabe de mi vida y mis gustos. Yo no soy nada obvio, al contrario, me gusta ser yo mismo. Me refiero a que las pinches mariconadas no van conmigo, no critico a los que son así pero ello no me late. Y pues ya me cansé, en estos momentos estoy saliendo de mi cuate y lo dejo respirar. El ya quedó satisfecho pero yo, creo que llené el plástico dos veces, creo que saben a que me refiero. Quedo tumbado sobre la cama riendo y mirando a Alberto. Él quiere besarme pero lo dejo con las ganas, me levanto, me quito el condón y lo guardo en una bolsita de plástico listo para tirarlo a la calle. No hay más.

¡Ups! Alguien esta tocando a mi puerta, mis padres no llegarán del viaje a Orlando dentro de seis días más, se llevaron a Javier a ese chingado parque de diversiones.

-¡Abre, cabrón!! esa era la voz de Angélica, indiscutiblemente- ¡Rodrigo, abre la pinche puerta! y tuve que cruzar todo el alfombrado depa de color verde.

-¡Que quieres pendeja! le grité dando tiempo a que Alberto se vistiera lo más rápido posible y saliera por la ventana para brincarse al siguiente piso, su casa.

-¡Cabrón! ¡Abre la pinche puerta! ¡Crees que no sé que estas encerradote con Alberto!!

-¡Te pasas! -abrí la puerta y Angélica me miro semidesnudo pues solo usaba una toalla amarrada a la cintura- Oye, apenas me iba a meter a bañar.

-Pendejo.. Angélica vio que en mi depa no había nadie, de ello se cercioró.


Angélica revisó cada centímetro de mi depa, bueno, del depa de mis papás. Entró a la cocina y no vio a su hermanosaurio, salió y entró a la habitación de mis papás y tampoco lo vio, pero cuando entró a mi recámara y caminó rumbo al balconcito, jaló sorpresivamente la perilla del ventanal. En ese mismo instante, Alberto terminaba de brincar el barandal y rápido abrió el ventanal de su recámara. Angélica, todavía y con cinismo, miró hacia donde su departamento estaba. Obviamente, y para suerte, no alcanzó a ver a su hermanito.

-¡Te pasas!! me atreví a gritarle- ¿Cómo crees que yo iba a abusar de tu brother?

-Pendejo, ¿Crees que soy taruga? me dijo- Sí sé que tú y el cabrón aquel se acuestan cuando mis papás no están.

-Me ofendes.. -le hablé a punto de echarme a reír.


Sin embargo, Angélica se retiró. Se atrevió a verme de abajo hacia arriba, recuerden que solo tenía una toalla.

-Pinche, vieja. Esta loca la güey.


Entré al baño y abrí la llave del agua caliente. Comencé a mojar mi cabello y disfrutaba como mis dedos cruzaban mi incómoda cabellera. Mientras disfrutaba del shampoo, comencé a recordar mi época moza. ¡Que chingados! Me acuerdo de la vez que me puse ropa de mamá cuando tenía siete años. El que me vio en aquella ocasión fue mi tío y nunca dijo nada. El hermano de mi Papá siempre me llevaba a los partidos de fútbol, a los de béisbol, y en general demás deportes aburridos. Sin embargo, solo uno me llamaba la atención, el de los clavados, porque me gusta ver a los chavos casi desnudos. Pero poco me duró el gusto, con el paso del tiempo fui olvidando mis actividades raras. Pero no tardó mucho pues a los trece años, un barro se atrevió a interrumpir mi viva imagen de apolo. Se me hizo fácil taparlo con maquillaje max factor, toda la escuela se dio cuenta del detalle pero los ignoré a fin de cuentas. A partir de aquella vez, recordé las ropas de mi madre y de nueva cuenta comencé a utilizarlas. Mis padres nunca se dieron cuenta.

 

¡Cómo que el agua caliente ya me esta quemando la piel! Bueno, la medié y estaba muy rica. Me gusta frotarme con el jabón Dove, me gusta sentir como su cuarto de crema humectante se expandía en mi piel. Que rico es sentir darte un buen masaje con el jabón, con movimientos circulares, enredar la pieza con tus vellos.. ¡Rico, rico, rico! ¡Enredarlos y después jalarlos! Lo que más me encanta del baño es que puedes tocarte a placer. ¡Y claro! lo disfrutas más cuando estás escuchando una canción de José José. ¡Y cómo no voy a disfrutar cuando la barra de jabón se cae al suelo y te tienes que agachar para recogerlo! Pero ¡¿Cómo crees!? Estarán pensando, pero es la verdad, ¿no?.


RIO VOLGA No. 17
ENTRADA PRINCIPAL DEL EDIFICIO
02:30 HORAS


La entrada del edificio es obscura, la puerta es metálica de color negro, existe un pasillo que de igual forma no puede verse mucho puesto que los pinches focos siempre se funden. Nuestro edificio esta a espaldas del Sanborns del Ángel, ya se imaginarán como está, aunque permítanme decirles que es una cerrada tranquila pues casi nadie entra a esta calle. Salí con Angélica una vez que terminé de bañarme y arreglarme, como había comentado anteriormente íbamos a ir al Antrito y los dos esperábamos al cabrón de Fernando. Supuestamente estaría a mas tardar a las dos y cuarto de la mañana. Pendejo. No hacia frío, Angélica y yo decidimos esperar a Fernando en la puerta del edificio para no ir a la avenida, ya que más adelante, hacia el circuito, las putas vestidas se paran en las esquinas. A Angélica y a mi alguna vez nos gritaron ¡Cuanto cobras papacito!, pero bueno, esa es otra historia.


EL ANTRITO
PLAZA DEL ANGEL
ZONA ROSA
CIUDAD DE MÉXICO
4 DE ABRIL DE 1999
02:45 HORAS


La entrada cuesta 65 pesos. ¡Vaya que esta caro! Fernando pagó los pinches ciento noventa y cinco pesos, de los tres. Bueno, a fin de cuentas entramos a ese pequeño lugar, es algo similar a una cuevita, es íntimo y rico. En la pequeña pista están las putas locas, chavitos de quince años afeminados que bailan en primera fila y que siempre se la pasan presumiendo de que son unos súper bailarines. Bola de pendejos. Lo interesante es que en la parte trasera, la luz es mínima y puedes estar junto a tu pareja haciendo lo que quieras, nadie te dice o te reclama nada, para eso esta a fin de cuentas.

 

¡Por cierto!, retomando un poco lo del principio, y aunque estoy pensando lo que digo en este momento, ¡Para nada me he descrito!. Miren, estoy agarrado de mano de Fernando, ambos caminamos incómodamente por el lugar pero creo que es justo decir quien chingaos esta hablando todas estas putas pendejadas. Después justificaré todo esto, ¿Va?. Pues, mido 1.77 y peso 70 kilos, soy de tez blanca, cosa que Fernando es apiñonadón, soy de ojos color.. violeta, güerito, en todos lados y sentidos, pero bien, más bien, para no meterme en tantos pedos soy la imagen y la hechura de todo niño fresa mexicano. ¿Ya? Pues va..

 

Fernando y yo comenzamos a bailar, dejamos a Angélica en la miniaturizada mesa bebiendo una cerveza y viéndonos. Angie no se aburría, más bien observaba las peceras iluminadas en tonos azules, morados y violetas que estaban incrustadas de pared a pared y de piso a techo. Fernando y yo estamos tomados de la mano, a mis espaldas esta una enorme pantalla en la que muestran videos modernos, me tocó darle la espalda a uno de Ricky Martin, un video candente, con fondos azules metálicos en donde se muestra como cae el agua.

-¡Rodrigo!¡Precioso! -en pocas palabras me gritó Fer.

-¿Qué?

-Al rato nos vamos al corralón, ¿no? evidentemente Fernando se refirió al hotel, no a mi depa.


La música era estridente puesto que mis oídos no alcanzaban a escuchar lo que mi chavo quería decirme ya que la gente y las luces nos obligaban a no tomar en cuenta lo que en realidad quería saber y pues me interesaba hablar con Fernando para situar algunas cosas que están pendientes y que para mí es urgentemente importante porque de ello esta nuestro futuro y porque de ello depende mi felicidad para vivir con él y establecernos pronto y tratar de ser felices y romper con el viejo esquema en el que vivimos.

-Oye, ¿Ya les dijiste a tus papás?


El disco se rayó. Hubo silencio absoluto. No hubo más. Fernando me dejo solo en la puta pista de baile. Lo seguí hasta la entrada de la Plaza del Ángel, lugar en donde esta el Antrito. Para esto la temperatura había bajado, hacia y tenía frío, ya que en esa ocasión vestí un pantalón de mezclilla negro con una playera blanca sin mangas y una gorra negra. De igual forma, la música cambió drásticamente de estilo, de la moderna pasó a la de banda. Recuerdo que esa vez nos toco escuchar Dame el Poder de Molotov, al estilo inigualable del son de la música de banda.

-Dame, dame, dame, todo el power para que te demos en la madre. Give me, give me, give me, give me todo el poder...

-¿Qué pedo? -de inmediato le pregunté a Fernando una vez que lo vi recargado en la puerta metálica de la Plaza del Ángel.

-Rodrigo, aún no es tiempo..

-¡Chinga, Fernando! ¿Cuándo va a llegar ese momento? Cabrón, sabes que necesito que lo sepan.

-¿Para que quieres que lo sepan? -respondió con seriedad.

-Fer, Porque..

-Dame, dame, dame, todo el power para que te demos en la madre. Give me, give me, give me, give me todo el poder...

 

Vi la preocupación de Fernando reflejado en su rostro, vi su linda cara expresando miedo y angustia. Ambos nos queríamos mucho, no era requisito que sus padres supieran que andaba conmigo, pero es quería que lo supieran porque de este modo podríamos hacer lo que quisiéramos. Al pendejo de Fernando le daba miedo que mis padres nos llegaran a cachar en la cama por eso es que cada vez que lo hacíamos era en un hotel y no en mi depa. Para empezar, mis padres saben de mí porque una vez, cuando viajamos a Huatulco en invierno, me descubrieron encerradote con un fulano. Sucedió que mi papá y mi mamá tomaban el sol tranquilamente, según dormían. Javier, mi hermano pequeño, andaba jugando en la arena con otros niños, entonces vi a ese rico galán. Lo miré y me miró, me sonrió y le sonreí, se levantó de una piedra y caminó hacia a mí. Me levanté y lo seguí, y caminamos hacia los bungalows. Sin pensarlo y reaccionando con naturalidad, nos encerramos en la habitación que le habían asignado a mis padres. ¡Ya se imaginaran el pinche numerito! Cuando ese extraño y yo estábamos literalmente unidos, cogiendo, gritando y desgañotándonos, chingue y chingue, fuck y fuck.. ¡Zas!! La puerta se abre dejando ver las caras pasmadas de mis viejos. Desde entonces, ellos saben todo de mí.

-¡Viva México, cabrones!!

-Rodrigo.. -al fin habló Fernando mirándome con ternura- Prometo que mañana lo haré..

-Pero si mañana vas a misa de nueve a la Villa.. -me atreví a burlarme para que él olvidara lo anterior.


HOTEL PARAISO
RIO TIBER
COL. CUAUHTEMOC


Toda la recámara estaba en completa oscuridad. Me animé a encender una velilla que estaba en un buró. El pinche cuartucho de este hotelito de paso que Fernando había rentado para el corralón, vamos ¡coger!, era espantosamente pequeño. Me dio asco pero acepté el lugar. ¡Que va! ¡Por noventa pesos no podía acceder a uno del Reforma Marquis! Que hubiera sido lo ideal. Fernando estaba sobre la incómoda cama dándome la espalda, se lo metía por detrás. Me encantaba escuchar como gritaba fuertemente, me encantaba lastimarlo. Me encantaba apretarle sus pezoncitos con mis lujuriosos dedos, y ¡claro! Babearle su espaldita. ¡Por supuesto que me encantaba que él también me lo metiera y gritar! Es rico todo eso.. ¿No?


CASA DE LA FAMILIA FUENTES
LINARES CASI ESQUINA CON RICARTE
COL. LINDAVISTA
08:00 HORAS


Fernando estacionó el auto frente a su casa. Tenía un Tsuru 98. No quería despertar a sus familiares. Abrió la puerta y entró tranquilamente, pero para su sorpresa, frente a él, su mamá lo esperaba. ¿Cómo describir a una señora chilindresca?

-¿Por qué llegas tarde? -le preguntó la señora aquella.

-Porque fui a un antro con mis amigos, acuérdate que ayer te pedí permiso.

-Sí, hijo, ¡pero mira nada más que hora son! habló la vieja-¿Con quien andabas?

 

Fernando se puso pálido, no supo responder, con temor caminó hacia las escaleras rumbo a su habitación. Trató de no hacer mucho ruido.

-Con Angie, Rodrigo, Verónica y Joana.. -mintió el pendejo.

-¿Qué andabas haciendo?

-Mamá, fuimos a un antro para bailar. ¿Por qué desconfías?

-¡Ah! Hijo. ¿Cuándo será el día que sientes cabeza?

-Mamá..

-Ve a tus hermanos, todos ya se casaron. Solo me faltas tú.

-¿No podemos hablar en otro momento? Tengo sueño.. -le contestó Fernando esbozando.

-Tenemos que hablar, hijo.. -su madre quedó seria.

-¿Qué sucede? -respondió.

-No quiero que tu padre se entere, recuerda que se puede poner mal.

-¿Qué pasa?

-Todavía estoy preocupada.. -la señora estaba seria- No puedo quitarme de la mente las fotografías esas que te vi debajo de tu cama..

-Mamá, esas fotos eran trabajo de escuela. Se las tomé a un amigo que era Stripper.

-Eso espero, hijo..

 

El teléfono sonó, mi suegra caminó hacia la sala, rumbo a la mesita en donde el aparato descansa, y contestó.

-¿Aló? esa era la palabrita clásica que usaba la pinche hipócrita.

-¡Señora! ¡Quiuboles! -le respondí a mi suegra.

-¡Ah! Rodrigo!, Linda velada, ¿No?

-De cruda. ¿Ya llegó Fernando?

-Si, ya llegó. ¿Te comunico?

-Si fuera tan amable..

-Espérame un segundito.. -y como siempre, las mamás siempre le gritan a los hijos desde el teléfono- ¡Fernandinito! ¡Te habla Rodrigo! no que no quería que su esposo se enterara (?)- Hijito..

 

Fernando llegó derrapando, según él solo usaba su truza color rojo, la que a mí me gustaba. Su madre se fue y él tomó la llamada.

-¿Qué te pasa? -me habló golpeado pero con discreción.

-Óyeme, cabrón. Solo me descuido y te me vas. Apenas salí del corralón y te me pelas.

-Ya te dije que aquí no me hables. Márcame por el celular.

-Pérdoname, papito.. -le hable arrepentido- Pero es que, te quiero tener todo el tiempo a mi lado.

-Entiéndeme, -y se detuvo a pensar- Dame tres horas y paso por ti. Solo déjame dormir y..

-Y ¡Oh! ¿al corralón?

-¿Te late?

-¡Pues sí!! -le respondí contento- Pero esta vez en mi depa, ¿no?

-¿Qué estas haciendo? se refirió mi Fer a la expresión corporal.

-A que no te imaginas. Te escucho y me estoy masturbando..

-¡Te pasas!! Y ¿así hablaste con mi mamá?

-Sí, ¿algún problema?

-No.


BASÍLICA DE GUADALUPE
CIUDAD DE MÉXICO
12:00 HORAS


¡Que chingados puedo comentar! La señora hizo todo lo posible porque Fernando y su papá fueran a escuchar misa. En realidad, no es que me importe, yo soy católico más no activo. Aquella vez, mi suegra había conseguido lugares de primera fila, estaba atenta a lo que el sacerdote o quien sabe quien diablos hablaba. El sermón se trató de la manipulación y el chantaje. Claro, que a la señora no le cayó el pinche veinte. Durante el servicio religioso, después de que se pasó la vasijita para que los feligreses depositaran su respectivo diezmo o, como se dice comúnmente, limosna. Que para mi no es más que regalar dinero a lo tonto. Mi adorada suegra obligó a que Fernandito dejara un billete de doscientos pesos, según para que él estuviera en paz con Dios y consigo mismo. ¡que ideas!

-¡Dios santísimo! casi podía escuchar rezar a la señora-Protege a mis hijos, a mis nietos, que mis nueras no maltraten a mis chiquitos, que los consientan. Que Fernandinito no ande en malos pasos.

 

A fin de cuentas, Fernando estaba más dormido que despierto, ni siquiera se enteró cuando terminó la misa y todos comenzaban a retirarse, ¡hubieran estado para ver el numerito que su madre le hizo cuando salieron de ese templo. Sin más, los tres se fueron a desayunar a un Vips, se tomaron todo el tiempo que quisieron y al salir, como clásica familia de clase media, fueron al mandado.


DEPARTAMENTO DE LA FAMILIA DEL PINO
18:50 HORAS
7 DE ABRIL DE 1999


Tengo depresión, supongo, es porque las cosas con Fernando no andan muy bien. Trato de entenderlo, ¡lo entiendo!, pero es que.. Fernando F. Iñárritu es un buen chavo, tierno y sincero, estudia contaduría y trabaja en una empresa de seguros, en los Atlas. Es el clásico matado, cuya diferencia difiere en que es bastante bien parecido porque si no lo fuera, yo no andaría con él. Me gusta observar a la poca gente que cruza por mi privadita. Disfruto ver los pocos rayos del sol que rebotan por un edificio de American Exprés. Pero me siento triste, y creo que es porque él no se atreve a tocar el asunto en su casa, tiene miedo, su mamá no lo deja en paz. Cuando sale tarde de la oficina, porque para variar es free lance, creo que así se escribe la pinche palabrita, su mamita pasa por él. Apuesto lo que quieran a que ella lo sabe pero no se atreve a hablarlo, no se atreve a aceptarlo. Supongo que pensarán que no debería ponerme en este dilema. No debería ponerme en esta situación. ¡Para que! Dirán ustedes ¡Si Fernando te da lo que quieres!! Y me refiero a los corralones, ¡eh!. Pero no todo es sexo, sexo, sexo, en realidad lo amo. ¡Pero le voy a hablar a su oficina!¡Me la va a mentar pero no importa porque ella no esta!

-¿Fer?-marqué a su celular y contesto.

-¡Hola, amor!! habló.

-Perdóname pero es que, quería escuchar tu voz. Te extraño.

-Sabes que para ti te tengo todo el tiempo. Te adoro.

-Bueno, solo quería escuchar eso, ¿estas ocupado?

-Sí, mucho, ¿por qué?..-me preguntó Fer.

-¿Podríamos ir al Antrito?

-Creo que no, se acerca el corte de fecha y tengo mucho que hacer, pero vamos mañana.

-Adiós, corazoncito, esperaré hasta mañana.


CALLE PUEBLA ESQUINA CON MERIDA
COLONIA ROMA.
22:00 HORAS


Fernando esperó a que pasaran por él. A pesar de que tenía auto casi nunca lo usaba, mas que solo para ir a antrear. No lo dejaban usarlo.

-Fernandinito..-habló su mamá.

-¿Cómo estás, Ma?

-Bien hijito, vamos a comprar pan, ¿Sabes donde hay una panadería?

-No, pero vamos..


EL ANTRITO
PLAZA DEL ANGEL
ZONA ROSA
23:00 HORAS


Estaba súper feliz. Fernando había ido a mi depa para que juntos saliéramos a caminar y llegar al burlesque. Entramos y de inmediato fuimos a una mesa. Nos sentamos y de inmediato comencé a besar en la boca a mi novio, lentamente fui aflojando la corbata. Había música moderna, pop, a todo volumen. Pedimos unas cervezas y como nos fue posible comenzamos a platicar. En realidad no era interesante nuestra charla. Mas bien se trató del trabajo y de todo lo que él hacía. Por mi parte, traté de escuchar todo lo que hablaba, estaba aburriéndome pero decidí escuchar letra por letra lo que Fernando me decía.

-Oye.. decidí tomar la dirección de la plática.

-¿Qué?

-¿Quieres bailar?

 

Ambos nos levantamos y fuimos a la incómoda pista para desestresarnos un rato. En lo particular me encantaba estar con él, disfrutaba mucho de bailar y desahogarme. Todo iba bien, hasta que..

-Comienza a hacerse tarde, Rodrigo. ¿No crees que ya deberíamos irnos? habló Fernando con gran presión.

-¡Cabrón! -recriminé.

-Rodrigo, quiero estar contigo pero..

-¡No me digas!! hablé casi a gritos pues la música no nos dejaba escuchar- ¿Mamita te está esperando?

-Rodrigo no..

 

De inmediato cambiaron la música, eso era una falta de respeto, pero al escucharla bien me llamó la atención. Pusieron la cumbia del garrote.

-¡Vamos todos con el garrote!! se escuchó la canción- Ay, ay, ay, ay, ay, ¡jeah!

-Fernando, se que tienes cosas que hacer en casa pero..

-Rodrigo.. me habló- Hay cosas que no puedo..

-¡Dele y dele nomás, con el garrote que le va a gustar. Dele y dele nomás, con el garrote que le va a gustar; Le di, le di nomás, con el garrote bien que le gustó!!

-¿Tu mamita? le pregunté- No la chingues.

-Es rico vivir en secreto, ¡¿Quién no lo ha hecho, Rodrigo!? Nuestra relación es intensa, me gusta eso.

-Pero te gusta vivir en la puta prohibición.. le hablé claro.

-¡Es excitante!! Pero..

-¡Dele y dele nomás, con el garrote que le va a gustar. Dele y dele nomás, con el garrote que le va a gustar; Le di, le di nomás, con el garrote bien que le gustó!!

-¿Pero ellos son más importantes, amor? fui directo- ¡al diablo con la pinche familia! ¡Somos tú y yo! ¡Ellos siempre van a estar en contra!! ¡La sociedad! ¡Todos! ¡La familia no es nadie para decidir lo que hagamos!!

-Estaba recontenta mientras yo le daba, decía cosas raras y no recuerdo qué, todo el vecindario...


DEPARTAMENTO DE LA FAMILIA DEL PINO
LINDAVISTA
02:45 HORAS


Con gran preocupación llegó Fernando. Cuando abrió la puerta de su casa, lo primero que hizo fue aventar su portafolios. Gran sorpresa recibió cuando la vieja de su madre salió a su encuentro.

-¡¿Por qué no avisaste, Fernando?! -la señora salió de su habitación, junto a ella también salió mi suegro.

-Ahora si tuve mucho trabajo, Mamá.. respondió Fernando tratando de ser lo más sutil posible.

-Bendito Dios que llegaste, hijo.. habló el papá con indiferencia y de inmediato se metió a dormir.

-¿Por qué no nos hablaste? Si sabes que podemos ir por ti.. continuó su mamá en un tono prepotente.

-Ma, tuve mucho trabajo, me duele la cabeza y además me recordó- no me siento Bien..

-¡Ah, hijito! Date tiempo para divertirte,

Fernandinito.. así dijo la señora. ¡Quién la entiende!-Diviértete, no me gustaría llevarte a Neuróticos anónimos.


DEPARTAMENTO DE LA FAMILIA DEL PINO
02:50 HORAS


El ruido de la licuadora era fuerte, se lograba escuchar hasta la calle. Más que molesto estoy deprimido. ¡Listo! Mi chocomilk esta listo. Con pena y dolor comencé a tomar mi leche malteada. El teléfono sonó y corrí a contestar.

-¡Óyeme, güey! me habló Angélica- Son más de las dos de la mañana y tú con tu pinche ruido.

-¡Angie! Me siento mal, me peleé con Fernando..

-¡Otra vez!

-¡Angélica! No empieces..

-Rodrigo, toma en cuenta que a lo mejor él no es para ti.

-Angélica, pero es que lo quiero. deje mi vaso sobre el sofá.

-Rodrigo, mañana hablamos, ¿sale?

-Adiós.

Colgué con tristeza, mi mejor amiga me cortó. Acepté que eran casi las tres de la mañana. Caminé hacia el balconcito y vi la camioneta blanca de mis papás que recién se estacionaba en la acera. Salí del depa y bajé las escaleras, usaba unas sandalias de piel negras y mi pijama a cuadros rojos y azules. Caminaba con precaución ya que la chingada portera nunca recogía los restos de los focos que se reventaban. Como les decía, bajé las escaleras rápidamente, en ellas se escuchaba el chingao chancleo de mis sandalias, ¡Qué naco! Vi a mis familiares y regresamos al depa. Vi a mi mamá cargar a Javier, me alegro verlos.

-¿Qué estabas haciendo, hijo? preguntó Mamá con una sonrisa en su cara.

-Nada.. -hablé.

-Rodrigo.. me habló mamá una vez que entro a casa- ..Mira lo que le hiciste al sofá.

-¡Perdón! dije- ¡De veras! ¡Olvide el vaso con chocomilk sobre el mueble!!

-Mañana lo vas a lavar, ¡eh!

-Si, lo haré.

-Rodrigo te dejé dinero suficiente como para que te cortaras el pelo..

 

Apenas y entré a la recámara de Javier, vi mi reflejo en un espejo que está a un lado de la puerta. Pude verme, ¿cómo olvidar mi apariencia? Hay o había, no sé, un grupo seudo musical llamado Kairo, un grupillo de aquellos. Vi mi cabello largo y efectivamente me faltaba arreglarlo, más bien, rebajarlo. A mi mente se me vino la imagen de Gabriel, el güerito, pues para que me ubiquen me parezco a él, pero mejor dicho, yo soy mejor que él, claro que adaptado a la imagen de un chavo de 22 años de edad. Entonces decidí arreglarme y dejar que las cosas se dieran como debía.

-¡Mamá! le grité- ¡Mañana me voy a Hamburgo para que me corten el pelo!!

 

En ese instante entró mi papá, me sonrió, estaba feliz. Me abrazó y se encerró en el baño.

-Mijo.. dijo- ¿Cómo la pasaste?

-Bien, creo.

-Ya vi que manchaste el sofá, ni creas que te voy a pagar la lavandería.

-Yo me encargo Pa.. eso fue lo único que dije. Y nos fuimos a dormir.


HOTEL PARAISO
RIO TIBER
COL. CUAUHTEMOC
10 DE ABRIL DE 1999
21:30 HORAS


Al día siguiente me cité con Fernando, aquella noche pasó por mí y en vez de platicar y hablar de nosotros para aclarar las cosas, o para que yo le dijera lo que pienso, lo último que recapacité en relación a su familia, decidió pagar de nueva cuenta un puto cuartucho y echarnos en la cama. ¡Ah, pero eso sí! ¡El señor se la pasaba gritando y gimiendo! A mí me tenía acostadote en la cama, las plantas de mis pies se recargaban en el abdomen de Fernando, y como es normal él estaba hincado y me lo metía hasta el fondo. Miraba su cara y estaba excitada, sudaba a chorros y estaba rojo por tal presión. Yo, por mi parte, pues, estaba aburrido, a tal grado que comenzaba a esbozar y a cerrar mis ojillos. Esa noche no alcancé a disfrutar el momento.


Cuando terminamos, él se aventó a la cama y se tapó con una sábana, me miró preocupado y al fin comenzó a hablar.

-¿Qué te pasa, Rodrigo? preguntó.

-Es que.. y comencé con mi humor negro- ..ya no me satisfaces.

-¡No mames!! gritó Fernando.

-No, no es cierto.. dije con risas- Es que..

-No la chingues, si siempre que te lo hago, gritas. Y para callarte esta cabrón..

-La verdad, -me atreví a hablar- es que he estado pensando las cosas, creo que no debo presionarte tanto.

-¿Qué?

-Que, en realidad dejaré que las cosas se den como se deban dar. O sea, que esperaré el momento en que tú les digas a tus papás.

-Siento mucho lo que te dije aquella vez. La verdad, te quiero mucho pero, como te he dicho antes, todavía no es tiempo. Es cierto que tengo incomodidades en casa, y me refiero a mi mamá. Ella, te apuesto a que sospecha, pero sospecha de otra persona.

-¿Quién? le pregunté- ..Y le rompo su madre.

-No hay nada de que preocuparse.. se echó a reír- ..nada chiquito.. Fernando se volteó, con la sábana se tapó, miró seriamente cierto punto en la pared, guardó silencio. Cerró sus ojos con sensibilidad. Por mi parte, me acomodé sobre su costado y recargue mi cabeza en su hombro, miraba hacia el otro lado. En cierto punto estaba tranquilo, pero me preocupaba lo que sucedía en casa de Fernando. Inconscientemente me estaba preparando para tener un encuentro con su madre, y lo que es peor, con toda su familia. Que pena, si es que eso tuviera que pasar.

 

No tardamos mucho en esa posición, mi novio se levantó y caminó hacia el baño. No dijo nada. Finalmente y para rematar esta noche, Fernando comenzó a bañarse pues el olor y nuestro sudor fácilmente nos delataba. Obligadamente me desvestí y entré. Para empezar, lo vi de espaldas, el chorro de agua le caía encima y, en pocas palabras me gustó verlo así. Él es alto, apiñonadón pero claro, de ojos castaños y cabello negro profundo, todo un chavo especial, quizá convencional pero muy especial. Una vez dentro del chorro de agua, me recargué en la pared de azulejos blancos. Mis pies tocaban el rasposo piso corriente de este hotelucho. Me daba asco ver hacia el suelo, supe que a Fernando no.

-Te amo.. -expresó Fer y me miró preocupado- ¿Qué te pasa?

-Quiero hac..

-¡¿Qué!? -expresó con mayor preocupación.

-Quiero hacer pipí..

-Pues, ¡hazlo! habló con absoluta tranquilidad pero se me quedó viendo con extrañeza.

-No puedo orinar si tú estas aquí.. -le hablé con ridícula pena.

-¿Y qué tiene? -me preguntó y después aclaró- ¿No acabo de verte desnudo hace rato?

-¡Sí, es cierto!! -grité.

-Entonces, ¡En confianza!

-Mm, mm.. apunté hacia la coladera.

-Ahora, ¿qué te pasa? -volvió a preguntar.

-Mi pípi es algo tímido..

-¿Tú pipí? -preguntó.

-¡Mi pípi, con acento en la primera i!! -aclaré.

-¡Ah!! ¡Tú pajarito!!

-¡Sí!!.. -me eché a reír.


A fin de cuentas oriné, abracé a Fernando y lo besé, permití que él me tocara el falo después. Duramos poco pues el tiempo siempre es nuestro peor enemigo. Después de terminar, nos vestimos, él se secó el pelo y se echo spray. Cada uno se fue por el lado contrario cuando salimos del pinche hotel, sabíamos que las cosas ya debían cambiar. Esta era la oportunidad que esperaba.


CASA DE LA FAMILIA FUENTES
COL. LINDAVISTA
02:30 HORAS


Fernando llegó a su casa y abrió, como es su pinche costumbre trató de no despertar a su familia. De inmediato su mamá salió a su encuentro sosteniendo un sobre de papel blanco, con una tarjeta, de aquellas especiales, en donde estaban escritas algunas palabras para mi. Fernando se quedó serio.


DEPARTAMENTO DE LA FAMILIA DEL PINO
2:35 HORAS


Entré a mi depa, estaba triste, muy deprimido, algo no andaba bien, inconscientemente creo que la había regado. Mi mamá me sonrió, me vio y me habló.

-Aún no acepto lo que nos hiciste, hijo. Pero no tengo más remedio que apoyarte y verte.. feliz.

-Mamá..

-Hijo, -habló mi padre quien disfrutaba un café capuchino- Me dolió aceptar esto pero, cuídate.

-¿Por qué me dicen esto? -pregunté- ¿Qué pasa?

-Angélica estuvo aquí y nos comentó que te peleaste con tu.. mi madre dudó, mantenía su sonrisa pero dudó- novio. Y nosotros estamos preocupados por ti.

-Hijo, lo que tu madre quiere decir.. -ese fue mi viejo, que por cierto ambos tienen 40 años- ..es que, queremos que te concentres en otras cosas. Hijo, hemos decidido mandarte a la escuela y que te prepares para ejercer una carrera profesional. La que quieras. Si quieres estudiar para cocinero, pues, adelante. Si quieres ser contador o maestro, adelante.

-Siempre te vamos a apoyar. Queremos que fijes una meta y olvides lo que estas pasando.. -esa es mi mamá.


CASA DE LA FAMILIA FUENTES
COL. LINDAVISTA
2:36 HORAS


Fernando dejó caer su portafolio. Dio un buen azotón. Para empezar su madre se dedicó a esculcar las cosas de su hijito, entró a su habitación y le valió madres el respeto a la privacidad.

-Fernando.. -estaba llorando la vieja- ¿Por qué no nos dijiste nada? ¡Dame una explicación! ¡¿Qué es esto?! ¿Por qué nos traicionaste de este modo? ¡Quién fue!

-Mamá.. Fernando agachó la cabeza, no aguantó la mirada de su madre.

-¡Mírame a los ojos, hijo!! -le gritó. A su encuentro, y para variar, su padre salió, bajó las escaleras y corrió directamente hacia su hijo. Fernando no se dio cuenta de donde le llegó su padre, sintió con gran dolor los fuertes golpes que le propinaba su viejo.

-¿Qué es esto? -continuaba hablando la mamá- ¿Quién fue?

-Así que no me resultaste ser hombrecito, Fernando. -le hablaba su padre pero dándole golpes y cachetadas- Pues te me regeneras y te me regeneras..

-¡Jaime! ¡Déjalo en paz!! -gritaba su mamá.

 

En ese instante sonó el teléfono, la señora trató de calmarse, intervino para que su esposo no siguiera golpeando a su hijo. Caminó hacia la mesita y contestó.

-¿Alo? habló la vieja, -como me reemputaba que así contestara. Naca fea.

-Hola señora, ¿Cómo esta? ¿Me puede comunicar con Fernando?

-Rodrigo.. -y después se dirigió a Fernando- ¡Fue Rodrigo, verdad!! ¡Él te metió en todo esto!! y después me habló- ¿Por qué lo hiciste, Rodrigo? ¡Por que te atreviste a manipular a mi hijo!! ¿Por qué lo orillaste a tus cochinadas?

-No señora.. -me atreví a contestar- ..Ambos decidimos ser lo que somos..


DEPARTAMENTO DE LA FAMILIA DEL PINO
2:50 HORAS


Colgué y caminé hacia mi recámara, me puse un pantalón de mezclilla, entré a la habitación de mis padres y pedí prestadas las llaves de la camioneta.

-En un rato vuelvo.. -les hablé.

-¿Adónde vas? -preguntó mi mamá- Hijo ya casi son las tres de la mañana.

-Voy a casa de Fernando, tiene problemas y..

-Hijo, es muy tarde.. -dijo papá- ..¿Por qué no lo ves mañana?

-No puedo papá.

-Rodrigo, ve que hora es. Nadie cuerdo en esta ciudad va a estar despierto.

-Mamá, no sé que es lo que voy a hacer pero.. quiero que a Fernando no le pase nada malo.

-Hijo.. -mi padre se acostó y cerró sus ojos. Le dolía que yo hablara de este modo.

-¿Prometes que manejaras con precaución? -habló mamá.

-Sí.. comencé a llorar y tomé las llaves.


CASA DE LA FAMILIA FUENTES
LINARES CASI ESQUINA CON RICARTE
LINDAVISTA


A punto estaba de llegar a esa puta calle, mi mente daba muchas vueltas, manejé con precaución, pero no dejaba de pensar.

-¿Por qué es tan difícil ser como soy? me pregunté- ¡chingada madre!! ¿Por qué? grité.

 

No tardé mucho en llegar a la casa de Fernando, apenas y doble en una esquina, las luces de los faros de la camioneta alumbraron a un joven que estaba sentado en la banqueta, justo frente a la casa. Ese era él. De inmediato me estacioné, en realidad como pude. Bajé de la camioneta, caminé y me senté junto a él. En un principio no dijimos nada. No hablamos. Tardamos mucho tiempo sin decirnos palabra.

-No sé que hacer.. -al fin habló Fernando, sus manos estaban sobre su cabeza- ¡Mira como me dejó mi papá!!

-Fer, perdóname..

-No, tú no tuviste la culpa.. dijo- Planeaba darte una tarjeta de aniversario, escribí cosas lindas que no me atreví a decirte.

-No era necesario..

-Ahora, ellos saben todo.. me miró y lo vi, su nariz estaba sangrando- ¿Por qué es tan difícil vivir, Rodrigo?


Su casa estaba iluminada, a mis espaldas estaban las siluetas de sus papás. Ella caminaba de un lugar a otro histérica. Clásico en la señora.

-No sé que hacer.. -Fernando me habló- ..No se que decir.

-Tan solo dile que somos dos personas que nos amamos..


Fernando alzó la mirada, se me quedó viendo con seriedad, su vista se fijó en mis ojos color violeta. Traté de decir algo pero no se me ocurrió nada. ¡Puta madre!! Quedé varado en la banqueta. Fernando no habló, continuó mirándome, yo quedé en silencio. Ambos miramos a un auto que circulaba despacio por su calle.

-Rodrigo, -al fin habló- ..Creo que todo fue un error.

-¿Qué? -pregunté con gran sorpresa.

-Sí, que todo esto fue un error. No debí mantener cosas que no quería.

-No entiendo..

-Perdóname pero no quiero saber más de ti. Por tu culpa la vida frente a mis padres se vino abajo. ¡Por tu pinche culpa ellos ya no quieren saber nada de mí!! ¡Tú!! -me señaló- ¡¡Tú fuiste el culpable de que mi familia se destruyera!!

-¿Prefieres a tu familia? -me atreví a preguntarle, de mis ojos comenzaron a salir lágrimas.

-Ellos son más importantes para mí, Rodrigo. Ellos me dieron todo. Me formaron y me enseñaron a ser hombre, no marica. Discúlpame.. -se levantó y me empujó- y vete de aquí, pinche puto.

-Fernando.. -me levanté y lo miré- ..Abrázame, amor. Abrázame porque ahora es cuando más te necesito.

 

Fernando bajó la mirada, esto se volvió clásico en él. No dijo nada más. Dio la vuelta y caminó hacia su casa, respiro hondamente y jaló la puerta metálica de la entrada, una reja. Me dio la espalda y continuó su camino. Solo lo observé perderse en el ridículo jardín de su madre. Apagó la luz del jardín y se encerró, según él para arreglar las cosas y pedir perdón, una disculpa que nunca se le borrará de su mente.

 

Entré a la camioneta, la encendí y me retiré del lugar. Con lentitud comencé a recorrer las apretadas calles de esta zona. Nunca la había conocido. ¿Cómo explicar el otro lado de este lugar, me refiero al lado contrario de donde vive Fernando? Es zona de casitas, supuestamente lights, tienen un pequeño centro comercial, digo, si es que se le puede decir eso. Bancos, bastantes. Supongo que es el centro económico de estos lugares. No me importó saber más, aceleré y con todo el dolor en mi corazón me fui dejando atrás a Fernando, el chavo que me llegó alguna vez. ¡Cómo no recordar el día que lo vi por primera vez!

 

¡Cómo olvidarlo! Su mirada alegre, sonriente. Aquella vez me miró directamente a mis ojos color violeta, me miro de cuerpo entero en el restaurante. Aquel restaurante, ¡chinga! Cómo no recordarlo..


TANTALO
OYSTER BAR & GRILL
HEGEL 307, ESQUINA CON HORACIO
POLANCO
13:30 HORAS


¿Cómo no recordar aquella tarde del 3 de Abril del 97? ¿Cómo no recordar la vez que entré a este restaurante solo? Es cierto, como lo había dicho antes, Fernando estaba ubicado en una mesa pegada a la pared. Desde que entré se me quedó viendo con insistencia, tenía una mirada alegre, sonriente. Comía solo. Logré verlo pero en realidad lo ignoré a pesar de que me llamó la atención. En ese momento vestía un traje color negro de Armani y Fernando usaba uno azul marino de Hecali. ¡Que distintos éramos! Cuando el Gerente me guió a mi mesa, a fuerza tuve que pasar frente a él. Solo escuché un papacito que imperceptiblemente para el mozo, fue un mensaje que ese joven envió hacia mí.

-Señor, -me dirigí de inmediato al Gerente pues la naquez de aquel hombre me había ofendido- ¿Podría ubicarme en otra mesa? No me gusta este lugar..


Sin embargo, para mi mala suerte, me ubicaron en otra que también estaba orientada hacia él. ¡Todo estaba escrito! Apenas me senté y lo volví a ver, algo me llamaba la atención en él. Era algo muy especial lo que su mirada me enviaba. Me envió su sensibilidad y amor a través de sus ojos, algo que ahora perdió. Casi no lo recuerdo. Lo que sí, es que sin pensarlo le sonreí. Apenas y el Gerente volvió a pasar junto a mí, de inmediato le hice una seña para que viniera.

-Estimado señor.. -recuerdo haberle dicho- Llévele a ese joven el mejor vino blanco que usted tenga, de mi parte.

-¿Perdón? -habló el Gerente.

-Por favor, de mi parte.. y miré a aquel joven con una sonrisa.

 

Al cabo de cinco minutos, Fernando y yo comíamos en la misma mesa. ¡Cómo se dan las cosas! Ambos comimos mucho, a tal grado que nos intoxicamos pues abusamos de los mariscos.

-Fernando Fuentes Inárritu.. -se presentó cuando me vio frente a él y ya nos retirábamos.

-Rodrigo del Pino.. -me le quedé viendo.

 

Ambos caminamos sobre la calle de Horacio, honestamente estaba satisfecho por tal comida. Me costaba trabajo caminar. Esa tarde, a las cinco y media, recibí una gran sorpresa.

-Tengo pena pero.. -habló Fernando mirándome y deteniéndome-¿Te gustaría andar conmigo?

 

Lo miré claramente, vi su rojizo rostro, estaba feliz. Expresaba pena y nerviosismo, no cabía en él.

-Sí.. -de inmediato respondí y el resto ya lo saben.


DEPARTAMENTO DE LA FAMILIA DEL PINO
CIUDAD DE MÉXICO
13:00 HORAS


Nadie estaba en casa, todos habían salido. Estaba recargado en el barandal mirando hacia la calle, hacia los restaurantes, de este lado, del lado contrario a Florencia. Tenía miedo, estaba triste y deprimido. Angélica, Angie, trató de hablar conmigo pero no lo permití, para que. ¿Para que me diga te lo dije? No es justo. Giré mi cabeza y logré ver el teléfono. No saben cuantas ganas me dieron de tomarlo y marcarle a Fernando.

-Hola, ¿podría comunicarme con el señor Fernando Fuentes Iñárritu? Muchas gracias.. -que remedio.

-Bueno.. -contestó.

-Hola, ¿Cómo estás? -le pregunté y me dieron ganas de llorar.

-Bien, ¿y tú? -habló.

-Bien, también. ¿Cómo esta tu mamá? y comencé a llorar.

-Reponiéndose..

-¿Tu familia? -le volví a hablar, no quería dejar de escuchar su rico tono de voz.

-Mira, todos estamos bien. Mi mamá se encargó de guardar el secreto y...

-¿Y?

-Rodrigo, perdóname.. -me dijo.

-Fer.. -creí que en ese instante las cosas iban a mejorar.

-Rodrigo, salgo con una chica de la oficina. Es mi

novia.. -la voz de Fernando también se escuchó

entrecortada- Estoy aprendiendo a amarla y respetarla, se llama Clara.

-Ah, Fernando.. -expresé- todo fue hace casi un mes..

-Sí, ya pasó el tiempo.

-Bueno, supongo que..

-¡Rodrigo! -expresó Fernando.

-No debí hablar..

-¿Cómo están en casa?

-Bien.. -respondí- ..Voy a entrar a la universidad.

-Y ¿Angie?

-No te quiere hablar.. -y me eché a reír con lágrimas en mis ojos.

-Creo que lo sé.. -respondió- Bueno, mi jefe me está llamando, cuídate Rodrigo, te quiero..


CASA DE LA FAMILIA DEL PINO
PASEO DE LA REFORMA No. 675
COL. LOMAS DE CHAPULTEPEC
9 DE JULIO DE 2000
05:45 HORAS


Salí del baño que está en mi habitación. Me apliqué mi desodorante para no apestar. Me puse perfumito y me vestí con ropas sport. Es cierto, ha pasado el tiempo y apenas me animé a escribir. Fui a la oficina de mi papá en la planta baja, encendí la computadora y revisé mi correo electrónico, teclee mi dirección que es Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo. y di mi contraseña, no encontré nada. Esperaba estúpidamente un mail de mi ex. Finalmente, y aceptando las cosas, me dediqué a analizarme pues reprobé dos materias, para variar Introducción a la Comunicación 1 y Perspectiva, ¡Qué poca madre! Me acuerdo y hasta me duele la cabeza. Cuando me estaba bañando recordé a Fernando, pero mi mente, como una especie de candado, interpuso su imagen con la presencia de la tal Clara. Entonces recordé mis lecciones de Sociología, en el que analizamos a las familias mexicanas, ahí saqué diez, ¡Qué curioso! Al hombre se le enseña a perder sus sentimientos, a vivir creyendo que es el número uno, el único ser del planeta que debe hacer valer sus deseos. El hombre no es un ser humano, se le enseña a crear un comportamiento de vida ideal, no se le enseña a ser libre. Al igual que a las mujeres, cuyo destino fatídico es servirle al hombre, según la tradición mexicana, ¡y conste que dije tradición mexicana!! Al hombre se le exige un comportamiento machista en su relación. ¡Y, claro! Ello sin contar la participación directa de la madre, quienes juntos forman una cruel relación de madre-culpa-hijo-culpa-madre, en el único y fuerte sentido de su libertad. Hay quienes no se dan cuenta que los hijos y las hijas, tenemos derecho a ejercer nuestros derechos, como estudiar lo que queramos, ¡lo que queramos! No lo que los padres o el abuelito quiera, porque suele suceder que si el padre estudió veterinaria, el hijo forzosamente debe, por tradición, estudiar lo mismo. Y también suele suceder que si los hijos acatan lo anterior, se formaran profesionistas frustrados y neuróticos. A los hijos, como a Fernando, su padre le proyectó una masculinidad de forma machista, y por ende equivocada, lo que ocasionó que vacilara en torno a su identidad sexual, aunque él se había aceptado tiempo atrás. ¡Y, claro! Dio como consecuencia una competencia entre sus hermanos. ¡Ah, que cosas! Bueno, son las seis de la mañana con quince minutos, tengo que ir a la cocina para desayunar e irme a la escuela. Tengo que echarle ganas a esto. Debo aprobar a como de lugar. Tomo mi mochila y apago mi computador. Salgo de la oficina de mi papá y me dirijo a la cocina. Creo que se estarán preguntando lo mismo que yo, ¿Tengo novio en este momento? La respuesta es fácil, no. Aunque acepto que tengo revistas gays, pero quiero olvidar lo que me pasó, porque todavía recuerdo lo que ese puto me hizo. Tengo en mente muchas metas que quiero realizar.


EN LA COCINA..


Los rayos del sol entraban para darnos los buenos días. ¡Se me olvidó algo! Dejé de desayunar por un momento y corrí a mi habitación. De mi cajón, en el buró, saqué una velita amarilla, con cuidado baje las escaleras y la coloqué en un pequeño nicho que está en la entrada de la casa. Regresé a la cocina y de mi mochila saqué un papel y un lápiz. En el papel escribí todos mis deseos, escribí y visualicé mis éxitos, y los que están por venir. Con cariño y amor encendí la vela, esperando, de este modo a que Dios me escuche y me apoye. Sé que todo saldrá bien.

-¡Rodrigo!! -gritó mi mamá- ¡Tu desayuno se va a enfriar!!


CENTRO COMERCIAL PERISUR
CIUDAD DE MÉXICO
9 DE JULIO DE 2000
17:45 HORAS


Mis amigos y yo decidimos dar una vuelta por Cuicuilco, a los cines. Gracias a que la función era a las siete y media, nos dirigimos al Centro Comercial, entramos por donde está el módulo de MVS y caminamos hacia Nutrisa. Gran sorpresa me llevé cuando lo vi. Fernando subía al primer piso por el elevador. Estaba acompañado. De inmediato me separé de mis amigos alegando que iba a ver otras cosas pero que en un instante estaría con ellos.

 

Entré a Liverpool para subir las escaleras y para hacer de esto un encuentro ocasional. Vi como ella entró a la tienda Zara, entonces caminé despacio por ese largo y cansado corredor.

-Ah, hola.. -sorprendido, Fernando me saludó sin expresión alguna. Lo miré y no sonreí, pero si contesté- ¿Cómo estás?

-Bien ¿Y, tú?

-Mm, mm.. -Fernando dudó- Más o menos.. y guardó silencio por algunos momentos, era obvio que quería hablar- ¿Y tu hermano? ¿Tus papás?

-Dando lata.. -le hablé recargándome en el barandal sin bajar mi mochila- Y todos bien, ya no vivo por Reforma. ¿Qué te sucede? -no aguanté.

-Lo mismo de siempre.. -me dijo- Problemas en casa y... ¡olvídalo!

-Te conozco perfectamente..

-No entiendo nada.. -dijo con gran reserva- No sé que esta pasando. No entiendo nada. ¡Nunca esta conforme! ¡Ni con Clara!

-¿Tu mamá? -le hablé- Perdóname pero así lo quisiste.

-Ahora que estás aquí, me siento raro, extraño, tengo pena por hablar contigo.

-Me gustaría que me abrazaras.. -no tuve más remedio, no me aguanté.

-Perdóname, pero no lo puedo hacer..

-Ayúdame, ya no puedo más, Fernando.. -imploré más no me rebajé- No puedo aguantar esta pinche presión.

-Discúlpame..

-Tócame, te extraño y te necesito..

-No puedo.. -dijo Fernando.

-Fernando.. -ella salió de la tienda y caminó hacia nosotros- ¿Tienes veinte pesos?, ahorita te los pago..

-Clara, él es Rodrigo, un.. conocido.

-Ah, hola. -y ella regresó a la tienda.

-De repente se te acabaron las palabras, Fernando.

-Lo sé..

-Aquí estaré, amor.. -finalmente le dije.

-¡Vámonos, Fernando! le ordenó Clara.

 

Frente a mí, Fernando tomó la mano de Clara y dieron vuelta. Fernando logró mirarme y agachó su vista, después vio hacia el frente. Estoy adolorido, me duele verlo y verme así. ¡Cómo me gustaría que la dejara! ¡Déjala Fernando!! ¡Abrázame! De inmediato pensé. No quiero ver como partes a tu casa. Y entonces lo vi por última vez, como recordar sus 1.79 mts. de altura, su piel apiñonada y sensible, su casi larguirucha presencia pero atlética, su cabello negro, negro, y largas pestañas, y su carita cuadradona, sexy.. Fernando, no te vayas. Espero con ansiedad a que des vuelta y que regreses a mí.


CASA DE LA FAMILIA DEL PINO
PASEO DE LA REFORMA No. 675
COL. LOMAS DE CHAPULTEPEC
10 DE JULIO DE 2000


Otra vez desperté a la misma hora, entré a bañarme y salí vestido, dieron las seis de la mañana. Había olvidado por completo la velita que había puesto. Se consumió de una manera hermosa, no quedó nada, más que el pabilo. Entré a la cocina. Los rayos del sol entraron nuevamente para saludarnos. Mi madre estaba adormilada, pero cocinaba algo rico para desayunar. Sobre la mesa estaba servido el jugo de naranja, en el centro había una canastita con varias piezas de pan de dulce. Me sentí extraño, comencé a amar a mi familia como nunca lo había hecho antes. Me sentía raro. Regresé a mi recámara para bajar mi mochila y alistarme, jalé un cajón para tomar mi cartera de piel de elefante y vi la tarjeta que Fernando me había comprado, en la que solo estaban escritas las palabras, Te quiero mi chiquito, el día que su mamá lo pescó. Por un instante me sentí orgulloso pues esas palabras solo eran para mí. Pero acepté con dolor que todo ello ya había muerto. Me di la vuelta para evitar acordarme de él pero sin querer estaba de pie frente a los marcos de las fotografías que están en el módulo, en mi recámara, y que estaban vacíos. Los marcos sin imágenes adornaban el mueble. No me quedó más que subir el cierre del cuello de mi sudadera negra con cuello ruso y mirar aquellos espacios vacíos que me trajeron recuerdos gratos y dolorosos.

 

Es cierto, es difícil olvidar a tu primer amor. ¡En todos los casos! Entonces pensé, soy un ser humano, como todos nosotros, que tiene derecho a equivocarse y luchar por lo que quiere. Más si es por amor. Hay veces que nuestro alrededor no comprende estos sentimientos, nos piden que nos valoremos y que olvidemos todo, en cualquiera de los casos.

 

¡Es cierto que nos valoramos pero hay momentos en la vida en que no es que no nos valoremos sino que nuestros sentimientos toman las riendas y caemos en ese fatídico estado llamado: Amor!!

 

Una vez que bajé mi mochilla regresé al comedor. Mi papá bajó las escaleras y nos saludó, se sentó y acomodó a mi hermano en su silla, regresó hacia a mí y me besó en la frente. Con ternura observé a mi madre servirnos. Ella volteó y me miró. Yo, me dediqué a desayunar. A observar a mi familia desayunar ricamente. Era extraño, hacía tiempo que no vivía esta experiencia pues siempre estuve a la defensiva, en contra de todos, de mis amigos, sociedad, elite y mi familia. Yo era, bueno, creo que sigo siendo elitista, supongo que ahora es menos.. Miré detenidamente a mis padres y hermano, me vi disfrutando a mi familia, a ellos, lo más importante de todo, a fin de cuentas.

 

Rodrigo del Pino Saadad

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