A partir de ese momento, Rhwima calló. Ahora todo dependía de Silvia. Pensó que si no encontraba a Rhunwer o si no sabía defenderse de los whorgos o no superaba cualquiera de los múltiples contratiempos que podrían asaltarle en Mendh-Yetah, estaba perdida. Y ella misma también puesto que la muchacha tenía su grow en su poder.
Deseó con todas sus fuerzas que tuviera suerte.
Mientras tanto, en Mendh-Yetah, comenzaba a amanecer.