Empieza siendo un saltamontes japonés rebotando a mi alrededor, al cual se unen después algunos de sus compañeros, provenientes todos, al parecer, de la misma clase, hasta que en un instante, y sin tiempo para reaccionar, empiezan las oleadas de sedimento estudiantil. Entre las últimas viene, majestuosa en su porte, una pantera de las nieves. Conocido he que te llamas Karin, silenciosa en medio de la espesura.
Karin compra una lata en la máquina expendedora, la abre, mira al cielo, se difumina en la multitud. Camina un rato sin rumbo hasta que topa con K su amiga, junto a ella se sienta, bebiendo a ratos de su lata.
Yo la miro obsesivamente y encuentro por fin sus ojos, prodigio de honestidad que me hace desviar la mirada. Vuelvo después a ella como vuelva ella a mí, fascinada como está con la rata que se ha colado en su jaula. Termina su bebida, sonríe, habla un momento con K que se gira para mirarme; Karin se sorprende, lo piensa y vuelve a sonreír. Como resultado es K la que se levanta y viene directa hasta donde estoy, para en seco sus dos pies diminutos y dice: Ça va ?
- Oui ça va
-Pour quoi tu n'es pas dans la classe ?
-Je viens d'arriver
-Ah bon...
Se queda esperando un momento pero no obtiene ninguna réplica. K se apoya en la risa estúpida de los tímidos.
- Tu as fait les devoirs aujourd'hui ?
- Non... y añado después piadoso, J'ai oublié
- Moi non plus
Karin deja su asiento. Su figura incendiándose en pos de la escalera.- Je vais prendre mes choses. K sonríe sin comprender.
-Ils sont dans la biblioteque
-Oui, oui
Cuando salgo de la biblioteca K sigue allí esperándome, mitad por cortesía, mitad ya sabéis por qué. Al pasar junto a la mesa donde estaban ella y Karin le pregunto: et ton amie, elle est où ?, Je sais pas, elle fait comme ça tout le temps
- Eh bon voilà , bon jour monsieur, dice la rubia maestra
-Bon jour
- Vous nous manquez
- Vous aussi
La profesora airea un poco los dientes en señal de simpatía y da por zanjada la charla: Hereusement que nous nous sommes rencontrés
- Heuresement
La clase transcurre hoy sin que haya ningún sobresalto, sólo una lentitud exasperante que me aleja del sueño de Karin. Desempeño una labor placentera de maestro para K, me invade un sopor pederasta que el recuerdo de Karin logra tornar en vergüenza. Por la ventana entran destellos de un universo en clave árabe, en la pista de baloncesto los niños juegan al fútbol. Los veo acaparando las más ínfimas de las labores, viviendo siempre sin prisa en su mosaico paralelo. Voy de tejado en tejado, viajo de color en color, el rojo intenso es violencia, de la pantera que es Karin. Karin me habrá dedicado al menos un minuto, la habré hecho sonreír; acaba la clase, no me recuerda, entonces me encuentra en medio del pasillo. Me intuye ella indefenso mientras hablo con la maestra; sólo por verme pensaría, no si no piensa, mata, oye, respira, se fija en mí. Le intriga mi mirada, se acerca, empiezo a temblar; llega a mi altura, para, se abre su boca; sus ojos verdes, su lengua de animal: ça va?. Oui ça va, digo yo, ça va, et toi?, dice la maestra.
-Oui, Je fais des progrès
-Mais evidemment que tu les fais
-Bon c'est pas si evident
-Mai oui, que tu es une bonne étudiante
-Ah oui?, merci bien... Bon a plus tard
-Au revoir Karin
-Au revoir, digo yo. Karin sonríe.
Baja las escaleras, yo la sigo con la mirada, más tarde ya con los pies. Karin entrando en la biblioteca, Karin eligiendo un libro. Me ve, sonríe; me escabullo.
La mujer rubia de raza aria busca una lectura adecuada a sus conocimientos, ha oído la puerta y se gira con la esperanza de encontrar a la bibliotecaria, en su lugar se topa con un ser como alimaña, esquivo con su mirada, cogiendo un libro al azar y haciendo después que lee a hurtadillas desde su banca. En su impostura ha cogido un libro en inglés, "Principles of sexology", suerte para él que Karin no pueda saberlo. Entonces Karin se acerca, decidida, hasta donde él está, un libro cuelga de su brazo, sonríe en Enero, después empieza a hablar: Excusez-moi, est-ce que vous savez où est la madame ?
-Je crois qu'elle part à midi
-Ah c'est domage
-Mais j'ai vu comme elle fait, vous devez tout simplement noter votre nom là bas.
-C'est permi ?
-Mais oui, pas de problem
-D'accord, donc, j'ecris mon nom... et voilà...
-C'est ça
-Bon merci bien au revoir
-Au revoir
Me diluyo en tu mirada amor, vuelas tan lejos de mí.
Rómpeme sea con tus zarpas; haz presa, alimento; enigma de la espesura.
En otra vida, tal vez, me consuelo. Y vivíla ya no creas; la vida de un hombre.
El Jueves amanezco dominado por el sueño, un reflejo de Karin y cierro de nuevo los ojos. Media hora y un cuarto, todavía puedo llegar; tensan hilos infectados en el reino del deber, yo me embozo en las mantas y resisto como puedo; a las nueve y treintaiseis el peligro ya ha pasado. Sin fuerzas para tí Karin, sin fuerzas para nada. Dígome que ya he estado en este trance, que algo no marcha por mi cabeza, que sí, que el pasillo, y si te veo, y si te saludo, y todo es nada. Y tu eres órganos, sangre y química, impulsos, mi deseo. Y es así que eres perdedor: cuando hay lo que perder, no pudiera mejor ser, pared, polvo, firmamento; sólo un desecho humano.
Salgo un momento de la cama para ir hasta la mesa coger mi alma y volver. Mi alma se lía, con tabaco, en papel de grano, se fuma después con ansia en grandes caladas de angustia infinitesimal. Mi alma me ha enseñado que esta de mas en el planeta, que se muere por morir; que anhela ser liberada del pellejo que la retiene, mi alma dice que la deje ya partir. Que se asfixia, dice, en el cuerpo de un cobarde, que querría poseer; colarse por los agujeros, digerir algunas almas; conocer por fin las ideas; inmutables; tan constantes. Tú carne, dice, no tiene ya sabor, estoy harta de tu miedo, tu pereza, tu inacción. Mi alma se equivoca; yo voy a por Karin, con método, con lo que tengo; y si quiero ir iré, y si nada quiero nada obtengo.
Karin y yo adentrándonos en la jungla; ella lame mis heridas; sonríe y se abre un claro en la selva, frotando contra mi cuerpo su enorme cabeza de tigresa.